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Selenelion.

Capítulo 10 Tentación demoniaca

Palabras:2021    |    Actualizado en: 13/07/2024

, siguieron su camino por separado sin decirse una sola

portiva, porque iría al gimnasio de su propia casa para

s acontecimientos como un par de vecinas chismosas, pero así eran ellos; desde pequeños siemp

ero algo en su interior lo impulsaba a hablar de ella; quería contarle todo lo que l

nico cuando lo fulminaba con la mirada; con esas frases amenazantes que le escupía, lo hacía querer irse a un retiro es

an mucho al mencionarla y parecían adquirir un brillo que el rubio jamás había visto en él, pero no sabía si esa luminosidad era por m

errado en el cuarto de juegos abandonado, y lo había acorralado contra la mesa

rugando el entrecejo ante la pregu

dos sus sentidos, que empezaron a revivir, haciéndole recordar el toque de su mano en la suya, el movimiento de sus labios al hablarle con dureza, la profundidad de esos ojos negros que penetraban hasta el fondo

ance dando un respingo-. ¿En qué carajo pensabas? -cuestionó achicando los ojos, pretend

mpleto misterio, ¿puedes creer que sus b

pantis de una chica? -indagó Paul con sospecha, sabiendo

ricación de nuestra ropa de marca que es la mejor de todo el continente, ¿cómo es posib

a que fabrica tu empresa; en realidad no veo cuál es tu

, al ser una mujer con semejante carácter tan imponente. Por eso se sentía frustrado de no saber todo de ella, de que hubiera una burbuja de cristal cubriéndola para que no pudiera enterarse de todos sus secreto

a casa y Salomé bajó las escaleras corriendo para r

había sido posible que cruzaran el portón principa

compañadas de dos hombres que las cubrían con su cuerpo, mi

o usted sabe, debemos proteger la seguridad del señor Jimmy y la

as, pero no matan ni a una mosca, así que pueden dejarlas entrar -explicó, y el par de hom

ncia, pero justo en ese momento, Jimmy estaba saliendo

no se secaba el sudor de la cara y el pecho con

n una vista exquisita de músculos pectorales y abdominales iluminados por el sudor, y unos brazos atléticos con bíceps y tríceps perfectos. La mandíbul

as escaleras arriba, jalándolas a las dos de los codos, hasta que el par de hom

portamiento imprudente de las gemelas, una vez que estuviero

tán guapísimos los dos! -habló Sa

entes?! -las regañó nuevamente, fulminándolas a amb

, que tú también escurriste la baba cuando los viste, o más bien, ¡cuando LO VISTE! -Saray era muy observadora, y aunque pareciera que en el momento que ese par de hombres a

que Jimmy era quien se hab

veía, no podía quitarle los ojos de encima, y se vio a sí misma, abriendo la boca inconscientemente cuando lo vio en ese est

ocurre a

con Jimmy. Eso la hizo sentir tan mal, que tuvo que irse a su casa más temprano de lo normal y llevaba casi un mes sin tener un encuent

se asomaron subiendo las escaleras y Salomé, al verlos, empujó a sus amigas de una patada en el trasero para qu

ran ni tan grandes para ser extravagantes, ni tan flacos para no despertar deseos obscenos; eran simplemente perfectos ante los o

rtarlo de nuestros sueños húmedos -le insistió Sayda, mientras Saray todavía cerr

, resaltando el primer rasgo que se le

amos a fijarnos en el color de sus ojos? -objetó Sayda con certeza, mi

hizo un mohín a su amiga

identificara por eso y no por el tamaño del bulto que se formó en su suda

a con atención para ver su reacción, mientras Saray asentía dándole la razón en silencio, pero Salomé se mantuv

.. No lo sabía, pero de lo que sí estaba segura, era que ellas tenían una pizca de razón, porque desde q

po si es un completo idiota q

activo de ese muñeco de porcelana; sin embargo, no pudo evitar contarles la pesadilla por la que estaba pasando al ser víctima de r

las dos consideraban que era una maldita afortunada por estar casada con semejante bombón tan delicioso para la vista, y

ría ser cierto eso de que cada situación debería considerarse como una oportunidad,

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1 Capítulo 1 Un encuentro memorable2 Capítulo 2 Cucarrón salvaje3 Capítulo 3 Pesadilla compartida4 Capítulo 4 Dios le da pan a quien no tiene dientes5 Capítulo 5 La mudanza6 Capítulo 6 Devuélveme mis bragas7 Capítulo 7 Maldito viento8 Capítulo 8 Pagarás por esto9 Capítulo 9 Idiotizados10 Capítulo 10 Tentación demoniaca11 Capítulo 11 El atentado a la pobre pequeña poni12 Capítulo 12 Desequilibrio en la balanza13 Capítulo 13 Malditos ojos pervertidos14 Capítulo 14 ¡Qué ganas de ahorcarlo!15 Capítulo 15 Suite nupcial16 Capítulo 16 A dormir juntitos17 Capítulo 17 La mano descarada18 Capítulo 18 ¿Dónde está 19 Capítulo 19 Ordeñé al toro20 Capítulo 20 Rinrín renacuajo21 Capítulo 21 Vente conmigo22 Capítulo 22 Si no vas a ser mía23 Capítulo 23 Telepatía24 Capítulo 24 Mírame25 Capítulo 25 Golosa26 Capítulo 26 La bella durmiente27 Capítulo 27 El que ríe de último, ríe mejor28 Capítulo 28 Macho alfa29 Capítulo 29 Su presencia es la cura30 Capítulo 30 Desahogo mutuo31 Capítulo 31 Elixir32 Capítulo 32 Poseída por Hulk, una vez más33 Capítulo 33 La pulga acompañada34 Capítulo 34 Desilusión35 Capítulo 35 Un nuevo paciente para el psiquiátrico36 Capítulo 36 Corazón roto37 Capítulo 37 Corazón resentido38 Capítulo 38 Los astros perdieron su brillo39 Capítulo 39 Quiero matar a alguien40 Capítulo 40 El parque de diversiones41 Capítulo 41 El beso del príncipe42 Capítulo 42 La profesión fracasada de Jimmy43 Capítulo 43 La borrachera44 Capítulo 44 Sed de venganza45 Capítulo 45 Las fotos46 Capítulo 46 Aclarando algunos asuntos47 Capítulo 47 Aclaración en proceso48 Capítulo 48 Aclaración concluida49 Capítulo 49 Celos50 Capítulo 50 Comunicación y confianza51 Capítulo 51 El viaje52 Capítulo 52 Martirio53 Capítulo 53 La nueva secretaria54 Capítulo 54 Todas las estrellas55 Capítulo 55 El beso mágico del rubio56 Capítulo 56 La llamada57 Capítulo 57 Charla emotiva58 Capítulo 58 El regreso59 Capítulo 59 Jugando bajo la mesa60 Capítulo 60 Quedémonos así61 Capítulo 61 Ven a mí62 Capítulo 62 La tarea de la gemela63 Capítulo 63 Trapero con patas64 Capítulo 64 La mandamás65 Capítulo 65 Locos de amor66 Capítulo 66 Viernes trece67 Capítulo 67 Desesperación68 Capítulo 68 Reflexión maternal69 Capítulo 69 Promesa70 Capítulo 70 Boronas71 Capítulo 71 Casa siniestra72 Capítulo 72 El cuerpo no duele cuando el alma está destrozada73 Capítulo 73 No lo dejaré74 Capítulo 74 Puños de hierro75 Capítulo 75 Puños de carne76 Capítulo 76 Nos pertenecemos77 Capítulo 77 El comienzo del final78 Capítulo 78 Confusión79 Capítulo 79 Libertad80 Capítulo 80 Complot81 Capítulo 81 Hasta nunca, Brenda82 Capítulo 82 El castigo83 Capítulo 83 Esto apenas empieza84 Capítulo 84 La tortura85 Capítulo 85 Ardiendo86 Capítulo 86 Concurso de ballet87 Capítulo 87 Victoria la vengadora88 Capítulo 88 El compás del amor89 Capítulo 89 La decisión más acertada90 Capítulo 90 Ave voladora91 Capítulo 91 Sacrificio lunar92 Capítulo 92 El último recurso93 Capítulo 93 Escúchame94 Capítulo 94 No me dejes ir95 Capítulo 95 La terapia96 Capítulo 96 Feliz cumpleaños...97 Capítulo 97 Fruto de amor98 Capítulo 98 Todo si es contigo99 Capítulo 99 Navidad100 Capítulo 100 En esta y otras vidas