Edwar "El Sigma de la manada"
adre por ocultarle la verdad sobre su padre, tuviera razones tan oscuras como aquella. La brisa es fría, ella trata de abrigarse con sus propios brazos, de pront
s de la ciudad debido al invierno que se cierne en la zona norte. Ha escuchado tantas historias de lobos que no es difícil
siete años; a pesar de su corta edad, es muy perspicaz y astuta. No es una chica fácil de engañar, por ello cuando notó que poseía ciertas habilidades
scubrir que efectivamente alguien la sigue. De repente, los lobos, silenciosos y sigilosos, emergen de entre los árboles, rodeand
can lentamente, gruñendo amenazadoramente mientras ella tiembla de miedo. Repentinamente cada uno de los feroces
-el musculoso rubio, le levanta el rostro sujetando
ica, apenas puede m
-dice cubriéndo
sólo estamos mis dos hermanos, tú y yo. ¿Crees que puedas defenderte? O mejor
rostro y el lycan deja
oche la pasaremos, muy, pero muy bien. Por lo que puedo olfatear eres de los nuestros, au
divertirnos Connor! -incita el
rastras hasta la parte trasera de los arbustos, en donde el follaje
ar se vuelve vano para la pelirroja. Instintivamente ella deja escapar un grito, uno solo. Después de
con todas sus fuerzas de contener el ataque de Connor, poco a poco va perdiendo las fuerza, cuando este, la lanza al suelo, ella cae abruptamente, amortiguando el go
ando inmovilizarla. Selena, consciente del peligro inminente, siente el miedo correr por sus ven
rrador, siendo esta la única posibilida
íen a carcajadas de
buena chica y complazcas a estos tres lobitos. -advierte
nzas a la aterrada joven. Los tres lobeznos se ven obligados a so
rees para interrump
n paz -advierte en
con su mano y sus obedientes hermanos rodean al lo
disponen a atacar al musculoso alpha. El ataque rápido y sorpresivo de lo
os jóvenes lobos. La fuerza sobrenatural y habilidades de combate, le permite responder la emboscada de sus enemi
su antebrazo, mientras el tercero de los chicos arremete contra él. Selena está paraliz
Sorprendido por la osada actitud de la hermosa joven, Edwar toma mayor fuerza y logra deshacerse del tercero de lo
mplora, mientras el lycan lo sostiene de uno de sus b
lena de la cintura, la coloca sobre su hombro y corre hasta la zona montañosa que rodea el caserío, buscando poner a salvo a la joven. Atraviesa el bosque, gruñendo
a espalda del lycan, quien tiene va
lvo, pronto llegará el resto
s. Entra a la cueva, coloca a Selena guarda silencio, mientras el lycan la deja en el piso, y trata de limpiar la sangre que emana de s
e él la rescató de las garras de aquellos depre
rla y gruñe.- Puedo ayudarte
us muslos descubiertos, el la observa y voltea, no quiere dejarse llevar por su instinto animal, ella toma el pedazo de tela lo humedece en un pequ
jar que te cure. -No te preocu
rte. -ella coloca el trozo de tela y sutilment
rque hacerlo
e terco? -pregunta e
re eres así d
r qué te atreviste a enfrenta
do ayuda ¿no? -d
s! -resp
, hice lo que hubiera hecho c
r ti, no quiero ni imaginar l
ntorno de la herida, puede ver lo enrojecido e inflamado
e minutos atrás. -bromea. Él se m
y se asoma en la entrada de la cueva.-
contrarnos? -pregunta
ora estamos a salvo. Per
o te
encio, mujer. -ella
alhumorado y ca
ismo! -re
la sin entender a qué se
ras tienen el mismo
ló. -se aparta de él. La pelirroja se recuesta en una esquina. Él la observa de pie a cabez
asciva, pero a la vez
za a sufrir la mutación de lycan a humano, Selena se levanta y observa atónita la manera en que él va dejando de ser un monstruo
ir corriendo de aquel l
a obliga a quedar