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Tras Una Noche De Lluvia

Capítulo 4 4

Palabras:1619    |    Actualizado en: 27/02/2021

uen trago antes

rácter medio débil.

Ca

no quería que

aho

hora

arre

me arr

Te arrepen

exactame

ar, del botellazo, de mí, del a

ntos, pero ella interr

esclavo de

oy? ¿Qué somos? ¿Criminal

ibres de vacaciones y

lo

ué c

que h

mporta. Pa

Escondiéndonos. Con mi

cabeza. ¡Capaz que mañana me pegan un tiro par

vergüenza que yo s

doy cuenta de que

¿Q

a ra

uenta. Te intimido yo, te intimid

a pinta que ten

. Tenés miedo de e

teng

noche empezaste a

decis

no aceptar el oral

o, per

rlaba conmigo? Hablar en serio te digo,

n se

ndiste cuando aq

ra lo hubi

No cua

trica recorriera todo mi cuerpo. Hacía mucho que no l

abía tenido ese e

puse colorado. Hub

de esos

ué tipo

que termi

arcajada que

en si lo sós! ¡Ca

o soy d

sistió con una

no –le contesté g

y dijo

a que su cabeza, me ganó seis veces seguidas. Era muy buena. Luego nos sentamos y habl

lculé que no pesaba más de 35 kilos. Como cargar a una niña. Eran sólo siete cuadras hasta la cabaña, y ella se durmió antes de llegar. Fue difícil abrir la puerta con ella en brazos, pero no quería despertarla. Acomodarla, buscar la llave y abrir fue una operaci

costáte acá –dijo con

. Yo duermo

eas boludo.

caso. Ella me rodeó con su brazo derecho, me dirigió una mirada co

stecían mi vida, en las mujeres a las que había amado y con las que me había

os y allí estaba la pequeña Jazmín, secándose el cuerpo desnudo y

no ya casi

to. Cada centímetro de su piel. Cuando la toalla

n. No q

é su r

tá b

s de azúcar, té, café, mate cocido, rodajas de pan e incluso un poco de

consigo una bandeja con dos tazas de café con leche y rodajas de pan con manteca. Desayunamos como estábamos: yo con la misma ropa de vestir y ella en traje de Eva, sentados en la cama y con los rayos del sol

modo hacía mucho que me había hartado. Ella traía puesta una camisa holgada y arremangada que le cubría hasta la mitad de las piernas. Luego recordé su campera, y me di cuenta de que no llevaba pantalones. Yo ya la hab

pude cambiar la bombacha en

n frente. Ella los miró y se sonrojó. Sólo me reí, hast

mismo dijo "Vamos, ya fue"; y siguieron su

arás enganchand

nr

mos a comp

eados que, en la opinión de Jazmín, eran espantosos. Una mujer joven d

e a comprar ro

e no hubier

a la nena! –dijo en un tono s

a frente a la vendedora y le dijo "No. Me quedé sin ropa y necesito algo para taparme la concha". La empl

problema –dijo a

de viaje me m

uien te vea la entrepie

e la viste esta mañana. ¿Qué pasa?

lsas y buscamos una peluquería. Tras pasar por las cabañas, fuimos a caminar cerca del río luciendo

soy una nena, mejor

, zapatillas deportivas, una chomba roja y anteojos negros.

stido así desde h

hubieran

rabajo? Ob

harías

a sí.

mporta. Sólo im

stos y flores, todo bordeado por algunos árboles. Nos sentamos en

nemos el

brazos y la llevé a la cabaña. La encargada del lugar es

por ésos días éramo

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