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Secreto familiar

Capítulo 3 Narrador omnisciente

Palabras:1924    |    Actualizado en: 21/06/2024

dejaría irse, y ella en el fondo no que

o lo es. Te deseo, sí. Mataría por deslizar mis de

ex.

te, Lia, neces

on la piel de Lia, perdió la calma. Lamió cada gota de humedad de su mujer, quien gemía sin poder siquie

a, Lia? ¿Otro homb

ngo juguetes, me

nsas cuando te t

. No dejes de chuparme

n estar con dos

las mujeres

xual y me encanta. Tengo un ama

con

ce años te dese

petir esto, no

i lengua te da placer, atrévete

o coger, pero los golpes en la puerta interrumpieron su encuentro. La maldición que soltó Alex le dejó claro que estaba

a de pasar, conmigo e

fue a casa, un pent-house ubicado sobre la editorial de su fami

vez cuando llegó a ver a Lia, de lejos por supuesto. Quería charlar con el rector para saber si ella estaba bien y los informes eran satisfactorios.

ndo Alex fue al baño antes de irse, entró con él. Se aseguró de que nadie más estuviera en los otr

se la camisa-, pero me pareció sentir que estás interesado

vez es siempre difíci

la hinchazón de Alex. Luego atacó su boca. Los gemidos de ambos eran fuertes, se desnudaron el uno al otro y se frotaron entre ellos; aquello era una locura. S

vo? -Marcus besaba a

o que sepas que

alu

desde que te

a que no los vieran. Alex

nios que no debería,

futuro Lia entra en nuestros planes, si nosotros seg

algunas mujeres al principio, pero luego se centraron en su propia relación. Asistía a cenas

porque la veía a diario en la universidad; en las noches, charlaba con Alex y fantaseaban con ella. Por supuesto que su Lia era una d

e, a su hermano y se concentraría en ella. Nunca entendió cómo, a pesar de tener a Marian como mamá, había resultado ser una buena persona. Antes le había parecido hermosa, de una belleza etérea.

se aseguraría de que no fuera la última vez. Sabía también que el anillo y un "para siempre" eran lo que seguía. Deseaba a Lia físicamente, sí, pero también la am

se había aplacado con Marcus, pero aún había demonios dentro, demonios que solo Lia podría calma

sorprendió; estaba ahí con tan solo pensar en ella. Desliz

en ella una y otra vez mientras, ayudándose de sus manos, estimularía sus labios. Gimiendo con su fantasía, aumentó el ritmo de su estimulación; segundos

e acercó a él y l

e tocaste, fu

s mejor que la ambrosía. La forma en que gime es más de lo que pude ag

n, vamos y así no d

ará, pero la oferta es demasiad

a. Alec y Thomas eran buenas personas; habían aceptado la relación de ambos, a diferencia de su propia familia. Después de restregarse el uno al otro, dejó que Alex se marchara; no le gustaba que Thomas esperara, era un buen

cina y se sentía tenso; detestaba q

intuyo que no

é que me diga qu

ías ser como Alec, al meno

. Y ese es mi As bajo el manga, no pidas d

n; eso no lo dudaba. No eran una pareja convencional y si ella los aceptaba, tampoco serían una familia

idas, hijo no la pierdas. ¿Has pe

uestro c

ne una relación co

epte o no, y mañana se

con curiosidad la puerta por la

sión es muy delgada, papá.

ar todo. Pienso que ella no quiso volver con nosotros debido

on a la casa de Lia; otra cosa que corregi

n lugar muy feo. Pelig

é. Pe

staba ya dentro. Bajaron a prisa cuando descubrieron que alguien más avanzaba hacia los perpetradores. Alex lo reconoció

aquí. Es bueno tener otro par de ojos s

vig

hoy, y aquí están

s de él. El sujeto aporreaba la puerta de Lia. Por el olor, diría que el tipo, de milagro, lograba sostenerse en pie. Este, al verlo, se

to no es lo

as manos encima. Lia

a hacerl

e sí. Vamos a

te supo que aquel gigante era un ángel e

évatela de e

. Gracias p

de vez e

lo

a policía, Moe

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