La prometida falsa del Ceo
A
o frente a un pequeño edifici
onces, hay mucho más césped y árboles aquí. Me duele el pecho al darse cuenta
ima vez que sentí
rtin Vantage plateado y entrecierro los ojos hacia las ventana
e de un tirón. Aitana se queda boquiabierta,
haces
mañana.
el pelo despeinado y se está atando apresuradamente un vestido cruzado a la cintura. El vestido le cub
s información privada de un empl
da, pero sigue contenién
de negocios me tranquiliza, y camino hacia ella. T
su piel empezar en la parte superior de sus pecho
ues a
asi
oche. Tenemos qu
en. ̶ ¿Ir de compr
caminando hacia el Vantage. Tana se queda boquiab
o ropa
confusión se apodera de sus ojos, como si intentara reconciliar lo que soy ahora con lo
te en el coche y yo me ac
armario. Y tu ves
a lengua. Porque lo que realmente quiero decir es que quiero ser ese vestido. Quiero envo
eso, aprieto
a con cierto ni
Todo a medida, cuero oscuro y madera oscura. Pero en
perarán que tengas gustos similares. Así que compr
nto y luego pregunta: ̶
Sí
s en la ciudad, en el laberinto de calles que conducen a las marcas
ana , esto no es un Honda. He subid
ba el Hond
¿verdad? Las mujeres con las que he salido se lo han tragado todo: el lujo, los lujosos accesorios
doy cuenta enseguida de que no es de su agrado, pero la empujo dentr
e resulta familiar, aunque no sé cómo s
unas compras. Algunos vestidos, quizás. Alg
, juzgando. Se entrecierran. Me devuelve la mirada, como preguntándose
a, mirando una vez p
tiene las dos manos levantadas, con las palmas hacia delante, como si empujara las prendas que sostiene la primera muje
do está en la caja registradora y yo me pongo de pie, sobresaliendo por encima de ella. No pregunto qué hay en
oche, Tana está
da a sólo dos manzanas. Podríamos ir andando, pe
ge y me embriaga. Agarro el volante con más fuerza, temeroso de lo que pueda decir o hacer. En mi mente, imagino que ext
no me hace hacer una do
in estar seguro de cómo manejar este momento. No esperaba que Ta
os en el sótano de la casa de mis padres, susurrando y r
to es d
cción de negocios.
no y sale a la acera. La conduzco al interior. La tienda es casi cómica
ro hace una mueca de desagrado al ver los cortes. Levanto un
enseguida mi falso prometido le habla en voz baja, como si le confiara algo. Ambos fr
le dedica una sonrisa a la mujer y se d
. La mujer se distrae y yo vuelvo de
ode
es ahogadas. Un ruido sordo y veo uno de
mento o dos, se
bien ah
lo suficiente para que Tana me
Gael Ricci ? Esto es un