Enigma del amor
ja de soñar despierta, tenemos
oritas? -Sarah sonrió as
stre de queso que haremos en la tarde. -Sarah se
za, nana-Mila carcajeó e
penas cumplo 65 años-se h
mos rápido a la pasteler
n los oídos y ojos de tu madre, si sospecha que tienes un pretendi
madre no llegaría a tanto-soltó un s
s a caer a sus pies, no, no, no, no. Tú te mereces un hombre, no un niño, además está tu madre, así que no si
n. He ajustado el diálog
Cuál quieres? -preguntó Mila dando leves golpecitos con su dedo en el vidr
ingredientes, no vaya a tener nuez, recuerda que eres alérgica. -comen
staba el joven alto y fornido que atendía en ese momento. Este le
ada semana? -Mila asintió in
n. -el joven se sonrojó con pena, él estaba al tanto de la alergia, pe
cocineras y para ellas. Se alejó para mirar unos detalles en otra vidriera. Y cuando regresó al mostrador, el
confusión anterior. A
se detuvo en su lugar, miró a su madre que bajaba las escaleras para llegar a ellos, y no se l
ies, apenas se veían las sandalias de marca, una blusa verde de ¾ y su sombrero, corte tipo cubano, el aire ondeaba sus ondas rubias.
-ordenó C
ugó su e
entó controlarse aparentando serenidad, pero el c
petiré de nuevo-Cather
emente antes de reponerse por el tono de voz que había u
tó la caja de las manos a Mila. Lo abrió y mi
no
rda» Catherine miró la hoja
rutes, te espero la otra semana!»... Vaya, ¿Son solo unos pastelitos? -soltó sarc
lanta su mano en la mejilla
taba asustada y sorprendida. Era la primera vez que le ponía
ién sabe de quién? ¡Tú también sigue sonsacándola! S
unos pastelitos! Ella claramente no sa
nto de cancelar la fiesta de tu cumpleaños-gritó Catherine a Mila, q
de pie frente a Sarah. Estaba furiosa. Era su baile de cumpleaños, ella se lo había prometido, estaban en los últimos arreglos, y por algo insignifi
rdó que no era ahora, sino de años el control que tenía su madre sobre ella. A veces Mila pensaba que Catherine la odiaba, o a vec
salir de esa cárcel, antes de