CLUB del MILLÓN
tu
d
costaba respirar y todo fue peor cu
e indicaba que estaba hasta los huesos de drogada -ellos solo te darán pl
er como el segundo hombre se ponía de pies, ambos estaban desnudos y con una prominente
-¡NO DEJES QUE ME HAGAN ESTO, NO
ruta como yo lo hice- sonrió para
uel hombre, pero me fue imposible, pataleé y grité, pero a cambio recibí un golpe en mi cara, dejando un fuerte dolor -no quiero lastimarte, solo quiero hacerte sentir mujer- tomó uno de mis senos y lo llevo a su boca, succion
bar- dijo el hombre que me sostenía mien
na, acarició un poco y luego colocó su boca sobre mi sexo, haciendo que mis gritos fue
n ese momento sentí como todo mi cuerpo se acaloraba y una fuerte sensación recorrió
ro un líquido recorrió mis piernas, sentí su lengua recorrer cada parte en la que el líquido me recorrió -ahora me toca a mí- sonrió nuevamente y me guiaron hasta la cama,
ía, si todo esto dolía, más dolía el saber que mi madre estaba disfrutando del daño que
seaba en aquel preciso momento -¡Esto es el cielo Sandy!- dijo entre gruñidos -al parecer nunca lo había usado- río a todo pulmón -se siente tan...- acalló sus palabras y se concentró en sus
que Sandy disfrute- escuché a mi madr
ngo sangre en mi pene-
e frente. Acarició mis pechos, beso mi cuello y se detuvo por un momento en este, dejando una marca, luego bajo a los pechos y les mordió... Yo simplemente deje de sentir y, decidí cerr
OS DE PUTA- yo no sabía qué hacer, así que en el momento de confusión, corrí a toda prisa hacia mí b
mi trasero, este ardía y dolía como el demonio. Lloraba en silencio con temor de que aquella puerta fuese abierta
par la ver si así dejaba de sentirme sucia, tome la esponja de baño y tallé mi cuerpo, provocando que en
e al espejo y me detuve un momento, si bien es cierto que amé el reflejo que el espejo de Matilde me dio anoche, hoy lo odiaba, mis ojos estaban completamente hinchados y uno de ellos estaba morado, mi labio inferior estaba partido, mire mis muñecas y estás estaban marcadas, abrí
móvil en la mesita de noche y lo tome junto con el cargador, no sabía hacia donde iba, pero sabía que cualquier lugar era mejor que esté. Quise apresurarme en caminar, pero un fuerte latido en mi trasero me hizo retroceder la marcha e ir más despacio, al