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Prohibido enamorarme de mi secuestrador

Capítulo 5 Sin máscara

Palabras:1054    |    Actualizado en: 26/04/2024

asiento trasero del auto y jaló del brazo

temerosa de no ver más que un sitio desierto. Al fondo hab

arre y tiro con mayor ímpetu, lle

chaban de la tierra que había alrededor. Ese hombre ni siquiera

a el pi

, decidió silenciar a la molesta hija de Amaro, al ver

ó un chiste. Era un tipo bajo y gordo, quien cargaba u

Su lengua era muy inquieta en ese sentido, nunca podía perman

o estaría? ¿Ya lo habrían atendido?», se preguntó genuinamente preocupada. Y la preocupa

Fue apenas un instante de inmovilidad, porque al segundo sig

s y manos, ocasionándole un mayor dolor. Inmediatamente, elev

nico que percibía

sa mañana, cuando sus preocupaciones no eran más qu

odo había cambi

asa hablando sobre la última colección de su diseñadora favorita. Pero todo se había venido abaj

hombre, mientras h

catado de su presencia,

¡Encuéntrelo y tráiganlo a mí, yo mismo me encargaré de matarlo!—dicho eso, guardó

ática. Nicolás, quien venía acompañándola, le puso

rar hablando por teléfono, no era su padre. Su padre no er

era ese

rl

nte y había encontrado a su h

hablabas?—balbu

ca tus cosas, nos vamo

s va

er. ¿Por qué ese cambio? ¿Por

No tenía tiempo para lidiar con los problemas existenciales de su hija. Sabí

er

s! ¡Recoge tus

era vez que su padre le gritaba de esa forma. Inmediatament

enuente. Necesitaba respuestas

por la cara con molestia, parecí

ras ahora mismo—amenazó. Sin duda ese sujeto era o

uché! ¡Escuché lo que decías!—informó espera

o que Arlet quería

ste? ¿Y qué

n… que querías que te lo trajer

ntó el hombre sacando l

propia arma al verla amenazada. Esa era una reacció

un asesino?—susurró la joven

que su hijita se enterará de una vez por todas que era la hija de un mafioso, que sus r

barbilla y mostrándosela tan de cerca, que prácticamente no había distancia entre una y otra—. No puedes hacerte ni una idea de la cantida

uscamente y se dirigió

osas y sácala de aquí—ordenó d

e su hija a Nicolás. Sin embargo, ninguno de los dos hombres cont

ó con una nota que decía que se había marchado para siempre. El hombre salió corriendo de la casa y empezó a buscarla por los al

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