El desastre que somos

una mierda que no aparece —acabé

re mis labios y sería feliz. No me consideraba una fumadora pasiva, pero sí fu

cer

llín de cerveza que vi. La nevera estaba llena de comida, pero pocas veces comía en c

nrisa ladeada mirándole. Si quería conseguir algo más

o te l

l vez si no hubiera nacido impulsiva estaría acojonada, pero más bien me divertía sab

onrisa creció mientras mene

nombre acabaríam

rpo me hacían saber que sí lo estaba consiguiendo, poco, pero lo hacía. Solo era una palabra, una palabra y me largaría a la ca

írtelo —aseguró, per

endo a sus espaldas como una de las chicas que había en el salón me miraba con el ceño fruncido. Mi mano cobró impulso

y me arrebató el botellín de

s. Aléjat

él corrían por todas partes, pero el más creíble es que participa en peleas ilegales, eso hasta yo me lo creía, pero pasaba de tenerlo como algo más que un rumor. Era una posibil

r de los demonios no quiere dec

decir que no me tienes miedo —estaba seguro de lo que decía, y sus palabras salían de é

viera mi sorpresa, pero me la sudó que me escuchara bufar por el simple hecho de que me importaba poco lo que los demás pensaran d

s muy diferent

quiera de los que había en el salón, solo me imaginaba ya con mi cigarro entre

en un banco del parque que había cerca de nuestro vec

uertes gritos —. Está buenísimo, pero me ha tratado de niña mimada y se han jodi

estar ya en verano, solo nos faltaba que nos dieran las vacaciones y podríamos irnos a Sicilia tal y como lo hab

ligro, Andra, ten c

uena mejor am

con algo de fuerza —. Había un amigo suyo también en mi casa, ¿te imagi

amiga, y quería lo mejor para ella. El otro chico de mi casa era el mejor amigo de Jax, eran como hermanos; si Jax Jones no era de relaciones, Trent Hunter era —por lo menos —un chico que resp