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Alpha Ikender

Capítulo 3 Sálvame

Palabras:1669    |    Actualizado en: 27/03/2024

Iken

mi beta entra a mi despacho con bastante papelería en man

con sus estúpidos acuerdos de «convivencia»

Existe cierta rivalidad desde tiempos inmemorables, especialmente con uno de los antiguos. Mi padre prefería ser rival de Lort Ashton antes que

los papeles en el escritorio y retrocede. —Accedí a un día d

el vino que h

is adentros limpiándome

cálmate, llegamos a u

atías? ¿Y se puede saber por qué mierda n

, ¿juegos de mesa?— Mencion

cima de mi escritorio decidido

de que me golpees

dándole la libe

cendientes del sol y Licántropos. Sabes que de no acceder al trato, reclamaría los terrenos de la mana

contrato de propiedad. Asentí con la ca

oco, encárgate de

errenos le pertenecían a un vampiro muy viejo, un antiguo. Pocos eran los vampiros que llegaban a tal grado de madurez pero, por lo visto Lort Ashton habí

ia, coincidimos para un tratado, ceremonias de alta presencia y nada más. A pesar de su inmersa expe

scuridad nacieron de entre la neblina, las tinieblas y el sol. Incl

á conozcamos alguna loba

o digas es

ya llevaba algunos minutos caminando cuando empecé a sentir una ansiedad profunda. Me paré en seco

infarto! Ikender m

eden dar infartos s

s. Pocas veces los hijos de la tierra se acercaban con tanta clemencia. Respiré profundo, me paralice, un olor a bombones y fresa se

te! ¡Es ella

e mucho tiempo a la posibilidad de no querer seguir buscando, de no

es nues

ntensificaba con cada paso. Llegué a la orilla de las vías del tren, mi respiración se cortó cuando la vi

alt

a quedó debajo de mí. Un gemido salió de su garganta . Fue allí cuando la vi, era ella, mi mate, mi luna. Sus ojos, defin

cede?, E

gundos. Los odié durante tanto, los aborrecí por su debilidad

é enfurecido, sabía que debajo del barro que manchaba la gran parte de su piel expuesta, existían golpes, heridas,

ndo su mejilla inflamada. La brecha de sus ojo

con más lentitud. No hay loba pero ell

adear dejé que él me envolv

ngre. Corté una parte y lo amarré en donde tenía la herida. La tomé en

a. Jamás se lo per

rumado por las mil sensacio

mas y lo que encontraba mi paso. Nunca antes había tenido que correr tan rápid

¡Ahora!— Grité de

ya encontrado, pienso que esto es un sueño pero no, no lo es. Me acerco hasta quedar de frente, parece muerta,

y también una de las mejores doctoras de mi manada, entra a la habitación en un intento de

cerca del límite Oeste— Sus manos cub

cir. Matías entra a la habitación pe

, rabia por la persona que le hizo esto, rabia con la diosa lun

de haber pasado tiempo con ella— saca sus instrumentos del maletín que

sangre humana, al men

un hueco. No había ningún pueblo humano

a mi mate para que

ber otra

la, no al menos hasta que el vínculo entre ambos fuese sellado. Mis manos temblaron po

temblar la habitación en donde me encontraba. Mi

y su mirada pasó a la de la muchacha tenida en la cama, debatiendose entre la vida y la muerte. Mi beta desapareció de mi vista. Cristina prosiguió a saturar la h

o escuché que sus latidos iban cayendo. Cristina se apresuró a realizar un pr

e te quedes— presionaba su pecho con fuerza, un

que te encontré, soy tu h

tina no pudo detenerme. Ya me e

de cabello rojizo entró a la habitación

❀◦❀◦❀

darle amor

ias p

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