UNA CHICA CON MALA SUERTE
eenvío a Malena y le envió un texto aparte, donde le avisaba de su trabajo termin
ligero y subió a su habitación, donde se dejó caer en la cama mientras dejaba que su cab
sus historias, deseó ser la protagonista de alguna de sus novelas, para
én no solo perdonó la traición del hombre que la amaba, sino que perdonó a la puta que le hi
, en su propia casa, haciéndole el amor a Vanesa en la cama de ambos. Y de ella ni hablar, lo que más pedía era no e
ivieron felices para siempre"... -dijo tumbada en la cama, mientras los recuerdos
egalarme un final feliz? -suplicó sollozando
o en un ahogado suspiro-... Quizá debería dejar de
an fantasioso y estúpido q
la triste historia que era su vida justo en ese momento y, cuando abrió los
bir cada que una histo
storias, amaba poder solucionar los problemas de sus p
más que nada, ella amaba ayudarlos a salir del hoyo después de darles una buena lección, despu
arla de amigos que le sirvieran de sostén y de consuelo, amaba hacer que su coprotagonista masculino ama
álida familia, con niños de por medio que siempre unieran a su pareja protagoni
fiel creyente de que toda hermosa historia debía terminar en un final feliz. Le gust
xionarlas y ver que, en realidad, no eran tan malas, o que algo bueno le dejarían. María apre
gustaba, de lo que escuchaba, de lo que sen
la dicha de ser remunerada por hacer lo que más le gustaba hacer,
la hora de la comida en su trabajo, mientras viajaba en autobús, cuando escuchaba algo que le gustaba, cuando veía algo que la
les dio finales alternativos, desde que en la adolescencia se enamoró de la poesía y escribió las propias, desde que ima
an a la vida, fue para su primer amor, un amor platónico que la v
pensando que no había viajado tan lejos para estar encerrada en un departamento, se decidió a caminar
nde un apuesto joven, de tal vez su edad, hac
tras le regalaba una sonrisa al m
y un capuchino latte
. Ella comía cuando quería y lo que quería. ¿Cinco comidas al día? Con s
nar esa guitarra, no apartaba la mirada de él, él era muy
ue las yemas de sus dedos quisieran acostumbrarse, el piano le dolía bastante a su espalda
ipo de personalidad y carácter debía tener una persona para cantar en una plaza?, ¿qué lo motivaba a ha