LA TESIS DE LA MAFIA
uales había podido realizar por el esfuerzo titánico de su madre, quien trabajaba en otro país para costear los estudios a su hija y poderle garantizar las herramientas de una vida futura más cómo
avor pendiente, solicitándole al anciano y experimentado arquitecto José Miguel Mares, constructor de la lujosa casa que el próspero comerciante, profesión como era conocido por todos, construía en la exclusiva urbanización que era el sitio de moda de los acaudalados de la ciudad y que, s
su holgado patrimonio, de no cobrar un solo centavo mientras ejecutaba cada obra y solo al final, solicitaba los costos del monto total gastado al contador de su cliente y se liquidaba un porcentaje preesta
estudios y necesitaba iniciar sus prácticas académicas, lo que llamaban, unas pasantías. A pesar de que nunca tuvo que ver con sus obligaciones de padre
do por un rayo a Calógero, el hijo de Don Giovanni, mientras que, para él, todo el entorno y el tiempo se detuvieron, quedando su
cha todos los espacios, los pensamientos e incluso tuvo la certeza, que el simple hecho de respirar, no escapaba a aquel embrujador hech
blaban pestes del trato patán y desconsiderado del joven. Por otro lado, desde el primer día que lo vio en la construcción de la casa
propuesta de Orángel, para que la chica fuese una de sus infinitas conquistas y satisfacer sus apetitos, en un momento dado se dio cuenta de que su hijo, quien hacía mucho tiempo, m
o miraba con el mismo desprecio a la nueva empleada, la hija de Orángel. Ya era sabido lo mal que tra
amigos, pues era mal visto que entre las familias que formaban la organización, solo existía las conformadas por hogares estables, como lo mandaba la sant
ido a unas charlas casi diarias que tenía con ella, tomó como costumbre explicar cada nueva idea que concebía para implementarla en los acabados de la lujosa casa en construcción e incluso, algunos pequeños proyectos dentro de la misma,
rrecciones y mejoras y la agregaba a la memoria q
entar en medio de dos salas dentro del espacio del área social, junto al comedor principal y donde una iluminación cenital proveniente desde el techo, a determinada hora del día, permit
lí. Por su parte, Consuelo, en cada oportunidad que el joven trataba de abordarla preguntando sobre cualquier tema, le daba una respuesta fría y lacónica, tratando de demostrarle el absoluto desinterés que le cau
atraerla hacia sí para besarla, pero fue fuertemente sacudido por una cachetada en pleno rostro que lo paró en seco. Se puso furiosa y él no alcanzaba a comprender como una muchacha tan delgada y aparent
, ya que él pensaba ir retirándose poco a poco como máximo jefe y dejar el mando de la organización en manos de su hijo, pero des