ESPERANDO NOTICIAS DEL AMOR
, su amiga Laura le había dado la dirección de un amigo, o un amigo de un amigo, alguien que necesitaba compañía, no sabía muy bien porque había aceptado ese encargo. Necesitab
turo, prometida con un profesional de prestigio, a caer en el más profundo agujero, en una espiral de dolor y angustia que la dejó sin vol
las casas eran similares, lujosas, pero con un rasgo que las hacia iguales.
en y limpieza. Es mi estilo, realmente, no
señor esté de buen humor, que no tenga un mal día, con su enfermedad no me extrañaría. Bueno, r
nformé debidamente, tendría que haber preguntado. Bueno, no cr
, que extraño está ab
Lucía, me envía Laura, l
all, muy luminoso, al fondo había un gran v
ito, soy Lucía, me envía
ola
tanal, una figura a contraluz se dibu
tro de la sala, la puer
do a robar, me envía mi amiga Laura, no quiero hacer nada
l hombre sentado en el sillón al que no podía ver por la luz cegadora del ve
s negocios de Laura. No tenía que estar allí, tenía que haber marchado a su ciudad cuando todo se torció. ¿Por qué siguió buscándose la
la habitación, como si sus pies se hubieran fundido con el suelo,
pente
s hacía mí, no hace falta que te a
r aquí, todo es muy extraño, me está d
, esta vez a carcajadas
nada normal, eres un psicópata,
qué no te negaste? Acaso, ¿algui
lo que tenía que hacerle co
ero ¿Cómo puede ser que Matías haya dicho eso? Es
r daño, has venido para disfrutar
Có
éjate llevar...
ómo
ate, ¿no es a eso a
buena, tienes un cuerpo espectacular,
rneado, con una fina cintura y unas sinuosas curvas, unas proporciones perfectas. Para completar el look, se había puesto unas botas altas, blancas, siempre le gustaron las botas, le parecía que era lo que mas bonitas hacía sus piernas, unas largas piernas. Al t
uerpo tan sugerente que le hacía presag
estaba sofocada por la alta temperatura y el mal rato q
quiere que haga?
lo que quiero, q
e, no pienso desnudarme, no q
que sea una
mpo y por tu cuerpo, y eso no sé como se define e
y que necesitaba salir de su mundo, romper barreras. Y el hacia tanto que no jugaba, que no se excitaba con nadie, que no disfrutaba de la compañía de una mujer, que si
rostituta, creía que iba a cui
enfermo, y haz lo que te pid
imaginaba siendo tan borde con una mujer. Pero era un juego y quería jugarlo. La bel
No podía entender que se la había pasado a Laura para enviarla a ese sitio.
haces, esta casa es
haríamos gran cosa? ¿C
ás tanto como yo, y
ada y no v
una voz fuerte, un n
rmo, y lo fui, y ahora necesito recuperar el tiempo. Divertirme, Acaso, ¿tu no? Se que lo
aba con sinceridad, con el corazón, pero ella n
orque le tuvo que pedir Lau
mujeres. Pero allí estaba ella, secuestrada con un hombre que quería de ella algo que ni su exprometido le había pedido. El sexo con Alonso había sido muy tradicional, y porque no decirlo muy escaso. Era un hombre centrado en su fu