Un trato con el diablo
Es lo únic
ma negra y acercarse al único espacio de luz dentro de la habitación. - Sabes.
s y más se iba cerrando, mi respiración se volvió errát
asa si n
enganza, tu novio te engaño con alguien más, l
te un poco
que nuestra relación se
ucho, pero aun así te ayud
ón. - Lo que yo quiero es que nunca se olvide de mi, quiero que sufra por no
Pero él comienza a olfatearme como si fuese un perro. - Eres diferente
¿Harás lo q
o, pero ya sabes c
álido y suave, creando un contraste desconcertante con la imagen temible que normalmente asociaría con una entidad infernal. Mi piel se erizó p
laba con la curiosidad mientras observaba sus ojos rojos brillantes y la expresión intrigante en su rostro. Cautivada por la
asta mi cintura, atrayéndome hacia su cuerpo con una fuerza magnética irresistible. Un calor embriagad
toda lógica. La paradoja de la situación no se perdía en mí; estaba besando al mismísimo diablo, un
sus labios era una provocación, una indulgencia en lo desconocido. La razón parecía desvanecers
cómplices de un juego peligroso. La contradicción entre el peligro que representaba y la atracción
ieran ante la irresistible tentación del diablo. En ese instante efímero, las reglas parecían desmoronars
. - susurre sob
hay vuel
s brazos, entrelazo mis piernas para ev
, estoy un poco go
mis labios. - Eso para mi no es un problem
or encima de su pantalón se podía sentir lo gruesa y grande que era su verga
.. - mu
lo. - Soy yo quien te va a coger, vas a sentir el infierno
. Tomé su mano con determinación, guiándolo a través de los silenciosos pasillos de la biblioteca.
ola de anticipación fluyó entre nosotros. La luz de la luna se derramaba en la estancia, creando sombras danzantes qu
e giré sobre mis talones para enfrentarlo, y en ese momento, sus ojos, con ese toque diabólico, se enc
ción. Era el diablo mismo quien tejía sus encantos, y yo me sentía atraída por el imán de su d
sobre los hombros y lo deje caer, dejando ver la
- El rojo es mi color favori
. Lo vi desnudarse y su piel blanquecina relucio gracias a la lus de la luna, justo en este
eantes de pasión, no se apartaban de los míos. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda mientras sus ca
abitación se transformó en un escenario íntimo donde la lujuria y el deseo danzaban al compás de una melodía s
a intensidad del momento, una manifestación física de la pasión que nos envolvía. Éramos dos almas inmersas en un torbe
elirio de la unión. La pasión ardiente se convirtió en una llama que iluminaba la oscuridad de la ha
año nuev
.
da, ¿Acaso todo fue un sueño? miro por toda mi habitación y no
uando el timbre de m
bana que cubría cae al suelo revelando
Ya
la noche anterior y r
, tomo el pomo de la puerta y la abro de golpe. - ¿Acaso no s
Señala dentro de
a un lado dejándolo pas
do de haberte hecho todo eso, no sé realmente en que estaba pensando, soy un idiota y no debi deja
ustin aquí, hacía que mi corazón latiera con fuerza y estaba a na
a, el desayuno
cocina. Toda mi piel se erizo al escuchar
in notablemente enojado. - Blake, rom
na en direcció
r que siguiera aquella dirección, pero fu
bía que tenía
eres? - Soltó Just
o algunos me llaman, belcebú, diablo, chamuco, lucifer.
ra para verm
Me pregunto. - Échalo de aquí, n
i. - porque hasta donde sé tu ya no eres s
me guiña
noche, de hecho eran de un café claro. su piel seguía siendo tan blanca como
r favor dano
edo sacar de mi cabeza, cada segundo pienso en ti y
án unos mi
rada al diablo, quien
uí? - Hablo cuando Jus
darte que tu
o sueño, y que hoy sería un dí
ecidiste invocarme sabía
ando como una mujer dolida, lo que
lo se c
odo si decidiste hacerlo conmigo, debe
aces "Samael"? - Hago un
? - repite
o es tu
i nombre.
para que pueda h
supone que
para ir con Justin, pero justo al darme
ota de tu ex. - Da un paso hacia
ete a nosotros. - Vuelvo a dar un paso h
cia adelante, pero esta vez no tuve escapatoria, el mesón de la cocina intervenía en mi cami
me pega a su cuerpo. Nuestros cuerpos nuevamente comienzan a ard
ahora Blake,