Me perteneces, pequeña

ÍTU

ro de mi estómago. El hombre con acento italiano atrapa mis glúteos para luego enterrar sus dedos sobr

entir su polla endurecida chocando una y otra vez sobre mi intimidad. El rubio hace fricció

pero termino aceptando, ya que después de esta noche no volveré a ver a este adonis nunca más—¿Eres legal?—frunzo

sta; pego un grito al sentir como sus manos me alzan para depositarme como un costal de papas sobre su hombro

snudas y cuando menos me doy cuenta ya estamos en la entrada de su suite. Miro para todos lados quizás buscando una señal

o diez personas dentro del crucero pueden costear algo de esta ma

ante de mí—¿Empresario? ¿Político? ¿Inversionista?—no responde y me asusto al pensar que…—¿Ma… Mafioso?—empiez

o los ojos al sentir su respiración a escasos centímetros de mi rostro. Mis piernas flaquea por un m

antes en Italia. Mi hermano mayor tiene una de las empresas más productivas en toda Europ

chos cargos gracias al dinero. Vivo en España con mi hermana gemela y pues nada, me expulsaron de la universidad por clavarle un bolígrafo a un chaval que me estaba

obla las mangas para luego abrir una lata de pasta de tomate y colocarla a hervir con alguna

a este crucero

ior a los camarones—¿Placer? ¿Dinero? O quizás… ¿Paz?—cuestiono dándole otra mordida a la jugosa fruta. El italian

para servirme un poco de su crema de tomates con camarones. Le doy el primer bocado y abro

ién…—miro el plato—Tengo una pregunta ¿Te gustan las niñatas?—el hombre de ojos azules

lo fueras para follarte si eso es lo que me estás preguntando...—la crema se me ha ido por otro lado… ¡Joder me estoy ahogando! El desconocido busca un

na vez más—¿No tienes filtro para hab

ar vino?—¡¿Pero que es esto?! Porque me es

erd

ia atrás para verle mejor y un espasmo se apodera de mi estómago al verle una enorme erecc

r vino sobre

en de las n

Como mis pechos son tan pequeños no suelo usar sostén para retenerlos. Sus manos me giran quedando espaldas contra su miembro. Me empuja hacia la isleta de la cocina.

te ¿Entendido?—asiento nerviosa. El rubio saca su corbata de su cuello para amarrar mis manos

la boca en el justo instante en que sus labios y lengua absorben el vino sobre mi cuerp

mí para unir nuestros labios y darme de beber. Lo trago logran

me retuerzo sobre la isla al tocar el cielo con los miles de espasmo que de desprenden de mi cuerpo. Estoy temblorosa y mi frent

etamente adormitada. Deposita mi cuerpo sobre el blando colchón y me hundo en este por mi peso al estar tan eb

uánto le

darme una mejor vista de su polla. El italiano comienza a masturbarse; su mano recorre su mie

a aquí puedo escuchar el chipoteo de su pene y su líquido seminal. Alzo la cabeza para encontrarme con una vist

netración. El italiano se detiene para mirarme a los ojos—Acaso… Acaso ¿Eres vir

nta de su polla penetra un poco mi entrada. Arde demasiado. Todo empieza a darme vu

**

matar a Sandara porque no se le ha quitado esa maldita costum

termino de despertarme al sentir al

o porque no sé qué hora es y nosotras zarpamos del barco hoy. Agarro su mano y como puedo me libero. Abro los ojos al ver moreton

! Agarro mi vestido y me lo coloco como puedo. Si doy un paso más me voy a desmayar.

e bebo apenas me lo dan. Maya me mira con cara de «Anoche te dieron como gaveta que no cierra

stá insoportable, pero se pondrá peor al ver a mi padre y

Qué crees que haces, Da

hablas…—me m

—Tu padre y yo pensamos lo peor… He bloqueado sus tarjetas y no recibirán dinero por un mes. Dara, estará

rias c

cuando tenía diecioch

do problemas tendré que asumir mis problemas sola. Alguien toca mi puerta y ruedo los ojos. Miro extra

iquilo con la mirada. Tomo

carajo