El Legado Inesperado
aba viviendo un torbellino
imilar la magnitu
minic Sinclair, le parecía abrumadora, perturbadora, y aterradora, y
que ella, muy bien sabía, no
e podría llegar a suceder donde su secre
nic cuando se enteren de que por medio de
a Anastasia
jo para hacerlo a su
nastasia daba
ar que el proceso de inseminación en su cuerp
de sueño de ser madre, lo único que le preocuparía sería pensar para cuando el niño quisiera saber y c
genética y en el mundo de los hombr
spuesta que no dejaba de d
su estómago, comenzó a pedirle que preparara algo de cocinar porque al haber sido un día muy agitado, con poco tiempo de comer,
das esas emociones apoderándose de su mente, ella no sabía de qué tenía antojo de cocinar, y decidió que lo mejor era salir en su auto a busc
auto, y con el motor encendido, ella se apresur
que ella nunca hacía para cuando iba manejando, pero en ese momento, le provocó hacerlo porque ell
risa que golpeaba su cabello y refrescaba su cuerpo, mientras trataba de relajar su
itado, no le estaba causando estrés a como lo haría si ella es
ientos le han llevado a tomar la decisión de haber manejado su aut
e para preparar sus más deliciosos platos le recibieron en la puerta, y al adentrarse, se percató de que dentro, había mucha gente, se
son
nas nada más, esa mesa estaba ubicada a un lado de un gran ventanal que daba vista al antejardín del restaurante donde allí
ro se r
se en qué quería ordenar para cenar, a los pocos se
con nadie, quería preguntarle, si no tiene ningún tipo de problema en que el joven que está en la puerta, le pueda hacer compañía, le prometo que él no la molestará, si lo
encionó, ella no lo podía creer, era Dominic Sinclair, ella lo reconocía porque lo ha
l favor al mesero de dejar que Dominic se s
ue se siente aquí conmigo a comp
ara acercarse a donde estaba Dominic, le dio la noticia, y Dominic con una s
había mesas para una sola persona, ¿Te molesta que te haga compañía por un rato? - vaciló Dominic con am