HIJOS SECRETOS DE ALFA REY
cuando era una joven loba de pelaje negro, ágil y rápida. En ese entonces, recorría ese mismo camino en mi forma lupina, corriendo con ve
mos en carreras por el bosque, poniendo a prueba nuestros límites y perfeccionando nuestras habilidades de
ce con imponentes cuernos que se alzaban hacia el cielo. Sus ojos mostraban una
afiante. "¿Crees que podemos, Fierce?"
se en un gesto de confianza. "Por su
ramos uno solo. La adrenalina corría fuerte por nuestras venas, y la sensación de libertad era embriag
punto de alcanzarlo cuando un sonido gutural y amenazador resonó en el bosque. Un enorme o
a colisión con el inmenso depredador. El oso nos miró con ojos feroces y dientes afilados, su presencia dominando el
orejas estaban alerta, atentas a cada movimiento del depredador. El alce, a
l oso. Éramos lobos, fuertes y ágiles, pero un oso de ese tamaño era una amenaza formidable. Corri
ras corríamos. Sabía que estaba dispuesto a luchar y morir por protegerme, y yo
n mi pelaje, sus garras rasguñando mi costado. Un grito de desesperación escapó
a densa vegetación, escapando de la vista y el alcance del oso. El rugido furioso del de
er su territorio que por atacarnos. Respiramos aliviados, pero la adrenalina continuaba pulsando
"Fue por poco, Fierce", dijo, su tono de voz carg
idad que trascendía las palabras. "Sabes, Hunter, no le conta
en sus labios. "No lo contarás porque sabes que
r de vuelta con mi hocico. "Habría manejad
rras inofensivos, pero nuestra determinación y espíritu competitivo eran intens
ndose a nuestro alrededor. Se acostó sobre mí, nuestros rostros a centímetros d
que podría cambiarlo todo. Pero antes de que nuestros hoci
r, apareció. Caleb era un lobo de pelaje marrón y uno de los m
unter. ¡Es hora de que te conviertas en un hombre!
amente de mí, sus ojos encontrándose con los de Caleb. Lo que Caleb quería decir con "conve
ertirse en un hombre'?" Pregunté
e. Se están dirigiendo a Denver
sorpresa. "Pero, ¿cóm
, y supe exactamente de qué estab
ía prohibido que los lobos fueran a la ciudad como humanos sin su autorización. Era un
astair lo prohibió, y tú lo sabes, Hunter. No quier
iar esa regla fuera algo que simplemente podía ignorar.
ría romper las reglas de la manada. Pero Hunter y sus amigos estaban deci
je, mi voz baja. "Deberíamos re
Te quedarás de brazos cruzados, Fierce? Sabes que esta es una oportunidad única
a a las reglas de la manada. Miré a Caleb, que esperaba la respuesta de Hunter. Luego, volví
si Hunter iría o no, y Hunter
ar el mundo humano, algo que había anhelado durante mucho tiempo. Lo desconocido de