Lady Star
dor:
aquel lugar del jardín donde mi madre se sentaba todas las tardes, mie
A pesar de su enfermedad siempre sacaba una sonrisa para no preocuparme, siempre trataba de evitar que me preocupara por ella, pero es que era algo imposible, era mi madre y era lógico que me preocupase por su bienestar. Nunca tuve nada que reclamarle, más que s
uise contestarle las llamadas o siquiera recibir sus cartas. En el fondo tenía la esperanza de que si ya no quería hablar con él, se sentiría mal y vendría a verme para que lo perdonase, pero la verdad
d es que estaba considerando seriamente la idea de escaparme, pero luego me di
- Sofía ya llegaron por ti
lejo de la ventana para
que quería quedarme con mi nana, pero me ha dicho que no es posible a menos que ese hombre lo permita, así que, es
je esperando con mi nana. Mi corazón empezó a latir fuerte al cruzar mirada con él, aunque ni s
"pad
dije al llegar
respondió s
is, te llevará con tu
imuladamente al enterarme de que este señor
saludé extendiendo m
emente - llevaré las maletas,
das mis fuerzas, mientras las lagrimas
en contacto y tal vez puedas visita
nir conmigo? - pregunté
él no ha pedido que vaya contigo - dijo y depositó un beso en mi frente - no- ya sabes que no soy tan fácil de manejar y es posible
idad y luego rio divertida - anda ve
timo abrazo, para luego girarme y
y no quise voltear, porque al igual
ente a un extraño. Estaba a punto de romper en llanto, el nudo en mi garganta se hizo presente mientras siento que mi vida se cae a pedazos, es como si hubiera hecho algo ma
a lo lejos hacen que los envidie, al verse tan relajados caminando con sus parejas
r en contra, así que tratando de escapar de mi reali
.
fuño intentando dejar de escucharla
ía - escuché l
no me gusta qu
levantándome del asiento
dice y miro a tod
- pregunté sin ente
padre - respondió ofreciéndome su ma
ntender del todo la situación, pero i
n el señor Gabriel - di
más militares se cruzaban en nuestro camino haciéndome sentir
r, luego entramos en una especie de fortaleza militar donde caminamos por un gran pasillo hasta
a oficina. Me acerco al gran escritorio y no puedo evitar sentirme nerviosa, no sabía por
ea nerviosa, no merece saber que mueve alguna simple emoci
sin aire al ver a un hombre de unos cincuenta años má
ome a los ojos con cierta intensidad
mi se tense por completo - ¿Cómo recordar a alguien que nunca estuvo presente? - pr
ra ¬ - Te preguntarás por qué estás aquí - dice cambiando de tema descar
pregunto e
y varios requisitos, solo debes completar bien la f
da - si lo que quiere es deshacerse de mí, déjeme decirle que ten
nos hasta que cumplas la mayoría de edad, por tant
pocas palabras quiere deshacerse de mi - me cruzo de brazos - pero me parece que se le ha o
ngas de tu parte - concluye - y es una decisión que ya está
.
deshacerse de mí, por lo que he creado un plan B; si logro reprobar fa
estuvo mostrándome el área, ciertas n
gada inicia el entrenamiento, es muy importante la puntualidad - dijo la mujer - y, por cierto, los uniformes llegarán esta noche, por lo que debes pasar ante
la frustración se hace presente, lo único que me permitieron traer e
la cama, un pantalón de algodón gris y una franela blanca, los tom
mbre y solo quería dormir y despertar lejos de este lugar. Y es así como me baño por unos min
uviese un cordón para apretarlo. Terminando de vestirme me voy
.
endo, escucho ruido fuera y entonces caigo en cuenta. Me levan
er
e de inmediato fui a buscar el uniforme, pero al llegar solo había dos uniformes disponibles, puesto que al parecer ya todos habían tomado el suyo. Mi estré
zo a vestirme; el polo me queda como un vestido, el pantalón se me cae y el cinturón también me queda enorme. Me siento en u
o saco del pantalón para luego usarlo como correa, dejé el polo por fuera para que
nto, logro divisar a los demás formando una línea horizontal, me a
ándome - lamento la tardanza, no
de nubes en un día de tormenta, estos no mostraban más que frialdad y un muro que impedía ver una pizca de emoción en ellos. Su im
ue estoy en