La mujer del narcotraficante

alir nunca, hace horas te envié un mald

te como para que te q

y nada menos que con Omar Vitale en su empresa, crees que era importante que

aso y le permitían llevar la empresa de su padre por lastima, cuando él falleció

sta mujercita, mi bella esposa ha conseguido

doy la talla como dice Ruma, decía Marian mient

te a su habitación, cerró la puerta con seguro, se quitó el ves

a en el beso que Omar le había dado, a e

spondía el beso, ella lo odiaba sobre todas la cosas, ya que cuando se

seré tu dueño, acabo de pagar una suma de dinero bastante grande por ti” con esas palabras Landon se habí

e su padre y prácticamente la había dejado en la calle, su padre había dejado la empresa a su nombre, pero con la ayuda de un a

ienes, sin embargo, no había nada que hacer ante la mala persona que tenía como madrasta, la empre

rehusaba a que lo hiciera, ella no sentía nada más que repudio por él, mas aun cuando se dio cuent

abusar de ella, pero con un fuerte golpe, ella lo evitó, después de esa

o te creas tan importante, si quisiera tomarte lo haría

star contigo y a mi déjame en paz, eres un hombre que no debería rogar

ras mujeres, antes de sentirse rechazado por la m

ujer hermosa, pero su orgullo podía más que eso, no se había deshecho de ella porque e

a en una ocasión ella había escuchado al hombre hablar con Ruma y decirle que si no fuera p

aba segura que Landon la mataría, esa era la carta de presentación que

del hombre se podía sentir bajo su pantalón y como chocaba contra su vientre, la mujer se

aba el recuerdo del encuentro con aquel hombre que con solo

manera sexual, hasta que Omar Vitale se cruzó en su c

s, ella se acostó intentando dormir, ya era la una de la mañana del domingo y

la mañana, despertó por el toque en la pu

tengo un mensa

Landon le mandaba a decir algo, ella sabía que habrían

que me necesitas?, pr

cupe, no es para nada mal

rta, asustada, pero