La felicidad tiene tu nombre
y era necesario tomar cartas en el asunto antes de qué las cosas se pusieran peor para mí, mi malvado padre ya había sacado a la abuela de casa, y quién sabe lo que pretendía hacer conmigo, cada vez q
abitación, me daba miedo hacerlo, pero debía comportarme de manera normal antes de huir de ese lugar, mi padre no podría sospechar nada, ya que si
lanto le prometo qué mi hija hará todo lo que usted le diga , ya vio sus fotografías, y como pudo darse cuenta es
ían las oportunidades para escapar. Estaba absorta en mis pensamientos cuándo de repente la puerta de mi habitación se abrió, era mi padre con su característico gesto de maldad en el rostro, me volví presa del pánico, mi corazón empezó a latir de una manera
ima hijita, dijo mi padre con un gesto retorcido en su rostro, no entendía como ese ser tan perverso y monstruoso pudiese ser mi padre, y mucho menos comprendía cómo mamá siendo una persona tan maravillosa, pudo alguna vez sentir amor por esta abom
, te prometo que no te molestará, yo me haré cargo de ella y de todo lo que necesite, sólo
meto que, si haces lo que te digo, muy pronto te diré d
es, no podía permanecer un minuto más en esa casa, me hallaba en peligr
s con tal de recuperar a mi abuela,
guien que pudiese ayudarme y sacarme de aquella pesadilla en la que se estaba convirtiendo mi vida. Necesitaba armar un plan de escape, así que respiré profundo, le puse seguro a la puerta y comencé a guardar lo más indispensable en un pequeño bolso. Hasta ese momento todo marchaba de acuerdo al plan, había quedado de ver a Alex en la noche, pero había decidido no contarle nada, me daba mucha vergüenza que él supiera la clase de hombre que es mi padre, así que sólo pondría como condición para casarme con él lo de mi abuelita, seguro que él me preguntaría porque decidimos recluirla en un asilo de ancianos, entonces tendría que decirle que no teníamos los recursos para tratarla, que allí por lo menos conta
y así yo podría salir de la casa sin problema. Me sentía muy nerviosa, todo aquello era como una bomba de tiempo, sabía de lo q
n así, se esmeraba en atenciones para nosotros, yo le ayudaba en todo, no quería que se cansara, pero aun así ella seguía adelante, siempre anteponiendo el bienestar de los demás, incluso a costa de su propia salud, parpadeé para detener las lágrimas que amenazaban con salir a borbotones por los recuerdos que estaba trayendo al prese
comportarte muy bien con él, si eres buena y gentil, el asegurará nuestro futuro, sól
erar unos minutos para tomar mis cosas y escapar, no sabía lo que me esperaba allá afuera