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CONTRATIEMPO

Capítulo 3 Capítulo 3

Palabras:2470    |    Actualizado en: 09/02/2021

pavimento de casa de mamá. Ella no

a sonrisa se extiende po

hacen olvidar lo que viví los

dentro de casa y me sienta en uno

exámenes —mi

iero que pongas primero

rá mis verdades. Es el único que lo hace. Solo espero que no se

ndo se da cuenta quien soy, me envuelve en un abrazo de oso. —Est

stresante. Lo siento. —Suspira. Lo he convencido, soy una odiosa hi

amos a la cocina donde mamá ya tiene servido la comida. Nos se

niendo algunos problemas con unos cargamentos que no han llegado a

ía encontrar un trabajo a medio tiempo. Se negó rotundamente. Aunque tenía alg

confía

quiero que descu

e dices

enso en tus estudios, Mia. No quiero que b

ourne es la capital costera del estado de Victoria en el sureste de Australia. Nos mudamos aquí hace 3 añ

me apasiona escribi

ntactarlos y enviarles mis escritos para que puedan ser revisados y si son buenos p

amá. No se preocupen

*

secas color dorado. Parece ser una editorial cara. De l

en la zona d

ara aliviar el pecado de Miles, que, por otr

o el c

ones no respon

ptop y salgo

sino me sostengo en la pared. ¿Qué rayos? Tomo respiraciones hasta que s

Susan, quiere verme

e me acompañaras a una fiesta anoche —lleva gafas de sol, me he dado cuenta que tiene

ar a mis padres

empresa que transporta miel a todo Europa. No tiene necesidades de tr

Quiero que me acompañes a hacer unas

iado para escoger ro

o que tenga en mano, chica. Y

s por si me incomodó lo de la otra vez. No r

a nadie mo

lo que hizo Noah y e

s de lo que te hizo? —parece muy mole

do enterrado. Yo acabé c

é ahora pide perdón. Es un idiota. N

bloq

parece

señando su

ado de lentejuelas, el cual quise comprar, pero recordé que i

un regalo. No le quise contar sobre los problemas financieros que iba

esta mañana en la noche co

loreado. Un hombre alto vestido con una túnica negra está del otro lado de la calle, extiende su mano como queriendo alcanzarme y llama mi nombre. I

o. Un auto pasa cerca de mí, sonando el cla

bas pensando?

tada. La miro

Por qué cruzarías la calle? Mia sabes qu

pieza a

acabo de presenciar. Restándole importancia a

é quería

vestido de negr

otro lado de la c

eces, creyendo qu

de la calle

n el cuchillo. Había sangre, abundante. Lavo el dedo y en

so. Debería de preguntar a mamá la próxima vez que vaya a casa. No rec

dar nada, pero creo que la mayoría no lo hace a una edad adulta. Los humanos solo g

su

sura, eso fue

tengo una

dome, pienso que está mirando a otra persona, pero miro alrededor y todos están concentrado

s labios

llamá

a a su llamada, qu

dos están concentrados en la clase, no les importa que intente romper el vidrio. Golpeo más fuerte, ahora lo hago con las dos manos. Puños con fuerza y dureza h

ndome en el intento, pero no siento dolor. Me subo a una silla y

transcurso las aplasto y ellas me pican. No hay dolor, se enrollan en mi cuello, una pitón está ahorcándome. La chica pelirroj

irar, toso y trato de tomar bocanada

, duele, se si

ma y voy al baño, m

bilis en l

arca en mi cuello. Está rojo y se muestra

endo par

cina y prep

n real a como lo han sido las demás pesadi

enciendo el televisor. No me doy cuenta cuand

de ir a

miro al espejo. La ma

deja at

misma la ha

odavía sonámbula. Descarto la id

*

universidad y me encuentro a un chico que me entre

ota

. ES HORA DE QU

bro al chico que me la entregó por ni

, cuando unas ma

cuentra

Mil

baño. Otro mareo viene y casi caigo de no s

Estás fría. ¿Segur

respondido sarcásticament

evó a unas sillas que

dejarme aquí —res

hacer eso

e ya est

rte al consultorio. Te ves

la ca

neces

ando eso sucede caigo d

erd

irando, me siento agotadísima, mi lengua se s

e llevarte

l conoci

toy muriendo de frio. No hay abrigo, solo el fino vestido transparente. Hay marc

ino, abrigándome con mis

os y caigo en la nieve, no pu

y eco en

Me levanto y s

van apareciendo m

contrar, rantelizo mi ca

s. Sea quien haya perdido san

de la sangre y de las huellas. Ahogo un grito en mi garg

del animal. Tiene sangre en toda la boca y cuerpo. Sus ojos son negros y me miran con hambre, hace un ruido chillón que me hacen cub

o sudorosa

. —sostengo su mano tan fuerte que creo poder quebrarla. Mis labios se abren en u

blanca, estoy en el consultorio de la Universidad. —Se le va a pasar, no te preocupe

e de qué veneno habla, pe

í cuidándol

n. Saldré

l parecer la serpiente que te picó no era tan mortal. La doctora te inyect

¿de qué es

o hubiera sido que te encontré. Posiblemen

su ca

a idea, Mia. Lo siento po

n se atasca e

e hago. Antes de cerrar los ojos, lo último

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