Lazos de amor
e cada recuerdo vívido, parecía tan fr
que sonaba. Me lancé a un lado de la cama y busqué mi bol
Ángela, estaba llamando, probablemente para saber con quién me había ido en la noche. Miré a m
ontesté a
era juguetonamente rudo, —¿Vas a decirme
o nos habían emparejado como compañeras de piso. Habíamos congeniado al insta
mucho más práctica y realista. Eso la hacía ser un
ólo los buenos amigos podían hacer. La oí resop
e que me has enviado—, respondió
si Oliver me oía.— Tuvimos la noche m
l y además esa última palabra no e
de lesbianas. Me había invitado, pero no quería ser la heterosexual simbólica y ento
por cierto. El mejor que he tenido nunca. Nos con
s que has salido? ¿O, simplemente bebiste mucho y tu cerebro te jugo una mala pasada?— Bro
siquiera sabemos los apellidos del otro…— Dij
me incit
al—, dije, tratando de no exagerar. —Só
mismo en lo que respecta al romance. Espero que nunca cambies; el mundo es mucho más emocionante cuando crees en
cho me había conmovido de verdad. —¿Significa eso
mo ponía los ojos en blanco.—Tuve una buen
eja, y lo aparté lo suficiente para v
de—, le dije a Ángela, —mi te
ngela—, ¿Seguimos en
spiré con tristeza,—Sí, definit
oche salvaje en Nueva York antes de volver a casa. Habíamos hec
aún más atractivo. Tragué saliva, recordando la sensación de su cuerpo encima del mío. Me acordé de mi propia desnudez y subí un poco m
e saludó con una suave son
meando la cama para enfatizar. Era un millón de veces
la habitación y sacando unos calzoncillos nuevos. —¿Quieres ir a desayunar? Hay
por el hecho de que Oliver q
odría ser re
e te vistas?— dijo Oliver, s
je, sintiéndome ton
me encontraba atractiva. Me levanté de la cama y empecé a ordenar mi ropa mientras Oliver se
irme a las escaleras y coger las bragas. Oliver
bía tenido unos cuantos novios en la universidad y apenas era virgen, pero la vida en los dormitorios no dejaba mu
el vestido y volví al dormitori
lir?— me pregun
ma de la lujuria. La suite no se parecía a nada que hubiera visto