La Conexión Culinaria.

local empezó a llenarse de gente, hombres venían con sus esposas, hijos y amigos. Algunos chicos de mi edad se me quedaban

a cocina y cerré la puerta

oy c

Thomas poniendo su mano

a vez que vien

os hombres piensan q

os —mascullé—. ¡Un chico h

Cu

a que no tenía nada de trasero, mis mejillas se sonrojaron, tape mi cara y cor

es linda. Eso hace que sea menos incómodo. Nunca quise

or

. Es mejor como estamos ¿No crees? O prefieres que

de los ojos—. Así

o

l. Alfred hablaba con una chica, tenía el cabello largo, pecas y ceja

dres decían que era una exagerada, nunca había hecho nada por mi vida, sin embargo, siempre sentía que era algún tipo de empleada con todo el trabajo por hacer. Me gustaría cambiar ese lado de mi, deja

ía seguir viviendo cómoda. Esta era mi nueva vida, trabajar, salir, y encargarme de no

¿Deber

pedidos, luego regresas lavas los traste

do con una c

por la pu

sea importante, esp

é a hacer lo q

accedido a trabajar por lo atractivo que me pareció en primera instancia, ahora solo puedo verlo como mi jefe, un chico joven que sueña con tener éxito y convertirse en alguien importante.

. Negué con la cabeza y despejé esos pensamientos ¿Cómo podía decir eso? Parecía que dependía de ellos, el hecho de que trabajará no signi

der a un chico que h

é te r

rande, ya le he enviado

entó dejando su delantal—No

a—susurré—No se

enfa

o por el, haremos

lo que tiene, no arruines esto. Es tu jefe, si n

os ojos—. Graci

ntir mal. Agarré uno de los vasos de vidrio y caminé hasta la cocina, una especie de roca estaba en el suel

a no tení

preocupado. Me levanté sin dec

ue soy por agradarle a alguien más. Ciertas mujeres cambian lo que son por estar con un hombre, ciertos hombres esconden lo

illonario que le he mencionado con anterioridad. No he hablado de ello con Clara. Estoy segura que va a emocionarse, incluso yo lo estaba, conocer a alguien así

ir así del trabajo, que debía avisar, que todo eso había sidó una tontería y que caerse era normal. Un rubor se extendió por mis

erta. Estaba en pijamas y el chico

aquí? Esto

endo h

o del que crees—me

trabajo. Es irónico Stel, vive

eguré—A pesar de vivir bien,

arró una manzana y se sentó en el muebl

s una t

n nosotros, hoy me hiciste falta. El solo es

a venir a denigrar mi trabajo, puedes irte—Le abrí la puert

s Maverick era guapo, podría estar con él fácilmente, incluso me atrevía a decir que enamorarlo no estaría m

ar al buenorro de la cafetería. Me comí mi helado y le envié un mensaje a Thomas para salir está

os aquí—comentó viendo lo

equeño picnic organizado por mí y le prepare tres dulces que le gustaban. N

boca, puse una mueca, no de desagrado

sonrisa—Siento que es poco profe

rece in

que sea profesional de mi parte, se siente como una

alida de amigos, aparte yo

seguimos estando en

á aquí, no habíamos pasado ni una hora juntos, nunca podía enc

as para huir de mí. Mi suerte en el amor era nula, n

s amig

ices e

miendo helado—Da igual

la pena que pasaría al decirte que esto lo preparé antes de enviarte un mensaje—Tape mi boca

s to

, debería

ir hablando, n

m

haces en tus

o sino observó a las pe

sante—respondió irónico—Yo pref

molestia de auto contratarme como tú mana

uy joven Stella, na

que seas joven, estás preparado y puedes hace

sintió—¿Qué

el correo donde te aceptaron, deberás llevar

de esto, no podrí

yo? Ambos a

nsarlo—a

ezaba a pensar en cada una de las tonterías que había dicho el día de hoy. Mi mente iba a estallar, no estaba dispu

le de repente—Tal vez sea

l suelo—Deberíamos deja

r esta vez, luego nos

egu

sonri

ocinar, finge que puedes ser

esto. No me arrepient

sentí una

ensé lo mismo

de mi parte, lam

ue lo

samos unas hojas de ensayo sobre cómo diríamos nuestra p

ntradictorios que aún no se con cual quedarme. «Ayudar a T

zar mi vida