El secreto de Alanna
sólo iban a verla a ella. Y como para no, si era la favorita d
enario. Se podía escuchar al presentador re
n a quien muchos
omo el público vit
alquiera que se atreva a acercarse demasiado. ¡Que
borde del telón mientras es
aballeros...¡A
sa sobre sus labios. Lo cierto es que ella adoraba el escenario tanto c
ventilara su identidad. Además, mantenía el misterio y la volvía aún más de
arios de los que su hermana mayor hablaba. Se distinguían entre la multitud con sus traj
" sonando. La ovación le abrazaba el cuerpo mientras comenzaba con su número, primero haciendo algunos pasos de baile sobre el
ustada, sobre todo debido a su muy coqueta personalidad. Ella sabía
Para ella era algo divertido pues, aunque le pusiera todo el compromiso del mundo a un hombre esa noche, nunca pasaba más que eso; casi co
isma que le caracterizaba, además de su emble
a botella de bourbon. Alanna podía olfatear el dinero en sus costosos trajes hechos a mano, y
iferencia abismal entre ambos. Uno lleva
ras y brillos, decidió dejárselo al caballero sin ningún ani
su nombre,
Él, mientras tanto, se encontraba anonadado con la presencia de la exuberante j
una palabra. Alanna se acercó hasta que su cuello q
e que ella llevaba . Era embriagante, y seducto
en empresario tragó en seco intentando
ba responderle esta última pregunta, sentándose s
al, mientras ella esbozaba una coqueta sonrisa
to no
rcanía unos segundos más. Allí, escaneó sus rasgos faciales. Sus labios de
o mismo d
ro mientras el joven empresario parecía aún procesar lo que estaba ocurriendo. S
ente detrás de los camerines. Aquella mujer había producido en él una intensa lujuria que no sentía en muc
alma de sus manos le provocó un incremento de sus pu
lo que enloquecieron su química cerebral, pero no se podía
se quedó en el borde de su silla mientras veía como aqu
én es
n de caderas al ritmo de la música resonando por los altoparlantes. Su compañe
cial para la música que vuelve loco a cualquiera. Pero te advierto-interrumpió su compañero, tocando su hombro.-Este
na tez de tonos aceituna, cubriendo su identidad de cualquiera que se atreviera a observarla demasiado. Tenía una mirada avasallante, con una confianza tan
trataba de una diosa griega que ha bajado
a, a la que él describía como la primera vez que sentía atracción a pri
cono
a atención de su amigo,
Qu
ante la mirada, aún con
a hab
seguridad privada. No podrá
arlo. Sólo q
itud con suma determinación. De vez en cuando se detenía para mirarla, de
al compás de la música. No era ninguna tonta; sabía bien la tensión
r un imán, él obedeció sin pensarlo. Pasando a través de las mesas, llegó hasta la punta del escenario
ó una de sus manos sobre el cuello d
rpo entero intentaba controlarse debajo de su tacto. Sonrió levemente ant
que más me encant
suspiro ahogado y sus pupilas embebida
é co
la poca concentr
tó ella con una pequeña ris
uir con su baile, ahora permitiendo que él pasara su m
eriosa joven. Alanna sonrió al verle dejar colgado de sus cadenas los billetes, ganándose aún más el cariño de la jov