Atada a mi CEO mentiroso
nvadida de sensaciones por ese hombre, los recuerdos de su pasado vienen
costada en su cama a punto de conciliar
ar cuida de tu hermana, tú eres fuerte y vas a encontrar la
ismo que voy por ti? —sé levantó asustada, escu
gaños, malos tratos, regresa y me convence, como una ilusa vuelvo a caer, no me ju
á con su amante otra vez? —dijo con el teléf
la puerta, allí estaban los dos semidesnudos,
stás? —volvió a
e en su carro detrás de mí, estoy cansada de
n estruendo, el teléfono se le cayó de la oreja
perada. No sabía qué hacer, agarró las llaves de su carro
acionado a un lado de la carretera, un escalofrío recorrió su cuerpo. A toda velocidad busco un cruce y retorno, cuando estaba ce
e pasar, esta es u
mi mami!, quiero verla —gritó mientras u
están trasladando al hospital central —respondió el jo
a seguir corriendo hacia su carro, c
a! ¡
s a tener el estorbo de mi mamá en tu camino. ¿Por qué papá? Después que desapareciste
era, a mí no me vas a echar la culpa, y la relación que tuve con tu mamá era entre nosotros dos. Tú
tantos años, desaparece y luego regresa a su vida arrepentida. ¿P
n así Ava, ¿De q
con tu mujerzuela y que tú la perseguías, ¡sabes! No voy a seguir perdiendo el tiempo contig
la que ingresaron por un accidente aut
uy mal estado y lamentablemente su corazón no re
río de la sala de emergencia, gritó
que salir de la casa a buscar un hombre que nunca te quiso —se colocó las manos en su pecho y una casca
cercó y se inclinó para levantar
a la joven y quedarte con el
la condujo a una habitación y allí p
pción, y rencor. Rencor con su madre que prefirió morir
Olivia? —fueron las pala
, lamento su perdida —manifies
camilla, acomodó su ropa, limpió sus lágrima
rsonas acompañándolos, Ava no entendía. ¿Por qué su abuelo a pes
dos estaban muy unidas a su madre. Ava se hacía
garradores y Ava solo podía ab
ueva familia, los fulminaba con la mirada, dio gracias a d
uien le informó que la llamaría para la lectura
n los ojos, ella se aproximó a la
omo tu madre y tienes que ser fuerte en la vida hija” —echo una ojeada a su padre que no apartaba la mirada de ella—. ¡Te prometo s