La Esposa ciega del Ceo
los taxis pitandose unos a otros, el silbato del cartero. Los gritos de Peter y Georgia, los vecinos del quinto piso. La música atronadora de rock del chico de al lado. Y los gemidos
las mismas voces. Mi vida si es lo que se puede llamar al cien por cien una mon
s los días, hasta que viene mi amiga a rescat
ágrima. Lágrima que rueda por mi mejilla hasta llegar a mis
de la vista. Hay días en lo que con algo de suerte sólo veo sombras
que otros días, los ojos irritados, con dolor ocular y con ampollas. Si to
visión poco a poco y dejas de observar aquello que en algún momento de tu vida te parecío lindo y maravilloso. Cuando pas
mejor amiga y mi hermana. tenían un aspecto de ser muy besables. Tonterías de ellas. Era reclamada por muchos chicos en la universidad. Pero para ni solo exis
Empezaron los desmayos, dolores oculares y dolores de cabeza. Hasta el d
irse y luego el perf
e. Era capaz de identificar a las personas conocidas para mi
nariz sintiera un ligero cosquilleo. Su paso era
a Er
i y me dio un ligero
uentra la personita m
ega que ayer y un po
ompson, no
los
Erika?
ble hoy. Yo se que necesitas. Vamos de pie
go gana
mina. -Ese tono sarcástico y seco me hacía saber que se había mole
r favor. -Agarre su
s y no dejaré ni ahora ni nunca que te dejes consumir lentamente. Eso mataría a tu familia. Que
r, si
litar y ambas nos
ayudo a bajar los escalones. Salimos a la cal
s, para que el sol no
cias
amos llegando al parque. Nos dirigimos al árbol que segú
uestro árbol en
pregunto que sabores traerá
ima vez no me gustó mucho.
, debemos decir
en el parque? -Pr
jercicio. También vino la pareja gótica que la chica tiene el cabello azul y hoy usa unas
a sombra de aquel enorme árbol que hasta el sol de hoy nunc
ro mira quié
mosas señoritas.
Ese era Duncan. Un anciano del que habíam
a chica que media 1.60 evitaron que asalt
yo sab
co. Y ni ella entendía como pudim
llero, como esta us
arcajada y lo sentí p
o? Bueno no importa, a ti tampoco te pr
uerd
s. -Casi la veo rodar los ojos. Y se que lo hi
to al señor sentado a m
es que no
to y levantó la cabeza al
e lo sabe. Ni tan siquiera mi médico. No he querido preocupar a mi familia con algo que no pued
ces esto
ay algo que te preocupa y no quieres hablarlo. No veo, p
días en lo que extraño demasiado a mi esposa y ocultarlo me ahoga. Estoy
ibilidades estoy dispuesta
scuchando los carros, los niños reír
ambio yo pago la deuda de tu familia y tu trat
mi sistema de golpe. Me había quedado s
Cóm
ender las acciones de mi esposa. Formamos la empr
...
ura. Pero eso es lo po
nieto l
arga y podría jurar que es
ibertino y de casanova nos está dando una mala imagen a la empresa. So
e que quie
e su gusto para las mujeres. Le d
a eso en pleno siglo vei
hacían las familias adineradas. Aun
persona maravillosa, mi corazón así me lo dicta. Pero de ahí
maditas, su mano era callosa y gra
. Al menos déjame pagarte la operación,
. -No dejaré que gastes un mí un solo cent
ue siempre. Escuchame bien C
la frente y lueg
ía mar
arrepentiría de mi dec