¡No seré tu sumisa!
Sama
nando, él en su máxima arrogancia, me ha dejado en ridículo delante de todos, y aunque confieso que fue mi culpa por hacerme la que no lo conocía, me molesta que sea tan cruel
carpeta -digo agachándome al fi
pedí? -pregunta una v
la posición que tenía, y al mismo tiempo
nando -le digo tend
icina con una sonrisa estúpida en sus labios, y no es que me moleste, me encanta
Samantha, ere
ina? Y no es que no me gusta que esté aquí, sino que es un abusador, cree que porque e
además, entra a mi oficina, sin tocar la puerta, le voy a dejar un
jefe, sugiero que suena mej
enera sus palabras, ¿Jefe? ¿Es necesario realmente? No puedo llamarl
o tengo una confianza con el señor Demetr
urar que hay un demonio detrás de su rostro de dios
cido, y no es que esté nerviosa, o tal vez un poco, pero ¿cómo no? Tengo el rostro del hombre de mi vida a pocos centímetros de mí, su olor a colonia
no soy él, así que de ahora en adelante, me dirás, jefe, -las pal
senos, y juro que veo como frunce lo
o, y paso por encima de él, para llegar h
erior, yo soy la gerente de la empresa hasta que su padre lo indique, así qué... -Llevo la taza que me acabo de servir
is palabras, me mira de una forma bu
entras lo veo salir por la puerta de l
na, ¿rosa? ¿De verdad? Imagino que no tien
espirar con normalidad, y confie
dre superiora jamás
o me juzguen, amo el color rosado, combinado con blanco, además, ¿Qué mujer no lo ama? Y
e de una empresa tan grande me quita la mayor parte del tiempo, sobre todo a
suspire en
eterme de lleno en mi computadora, que por cierto
vo el amor de mi vida, pero luego me calmo al
y me mira a la espe
dio mientras comienzo a t
ue tiene está confianza conmigo, del resto a fuera de mi oficina soy una mujer de carácter
pec
e? Huele divino, además, su ropa pegada al cuerpo, sus
ló tod
berías ir a trabajar, ya ves lo malhumorado
rada tú, el jefe Fernando es lo más hermoso que han visto mis ojos, e
e fijado
go se acerca a mi tanto, que inv
sexi que han visto mis ojos, además -se acerca a mi odio-:dicen por
irgen de
cir locuras y ve a tu oficina -le digo si
a dar como cajón que no cierra por ese adonis de la belleza -a
, ya! -le grito y el
ión horrible, ¿y cómo no? Si he soñado con el cuerpo de Fernando toda mi vida, p