¡No seré tu sumisa!
Sama
a con Fernando Laureti desde que lo vi en un congreso donde estuvieron los tres juntos, y aunque su padre es hermoso, es un hombre casado, y aunque Andrea es idéntico a él, nunca me llamó la atención por el simple hecho que es un total amargado y arrogante, pero él, mi vista siempre fue dirigida hacia él, Fernando Laureti, no sé
otografía que tengo de él en la pared; la robé de una revista y la mandé a ampliar; sí, estoy loca, tal vez, pero él es
ra ducharme, pero está vez me pongo un poco más de la cuenta. Lavo mi cabel
o para secar mi cabello con la secadora. Me siento satisfecha con lo que veo, no soy una mujer fea, nunca lo he sentido, mis ojos son de un color gris brillante, mi piel es blanca, aunque es un poco pálida para mi gusto, esto
me digo a mí misma mientras me d
con leche. Mientras desayuno no puedo dejar de pensar como se verá Fernando Laure
o por lo cual he soñado desde siempre, y ahora que lo veo ta
ecador
boca. Cierro los ojos imaginando que son sus lab
larte, causar un
y luego voy al baño a lavar mis d
empresa de París, la empresa de Demetrio Laureti y del gran amor de mi vida. Gracias a mi esfuerzo y mi gran trabajo he logrado escalar, además por mi disciplina y mi carácter, por
quejo de la vida que llevo, a pesar de que no conozco a mis padres, son una mujer feliz, con una carrera de por me
i nuevo jefe. Reconozco que me pone sumamente nerviosa tener que trabajar con él, pero le quiero demostrar que soy
reo que él que tienen en Estados Unidos llega a un poco más de cien. Me parece increíble la escala que han dado las empresas Laureti. Suspiro al imaginarlos, y no es que me impresione su dinero, aunque sí un poco
ador del lugar para entrar en el edificio. Apenas
omento -me explica con rapidez y puedo notar el nerviosismo en su rostro. Y no es
-pregunto entra
aquí, se supone que debe ser puntual, es un líder,
Dubois, es un tipo desagradable, es el supervisor de empleados de la empresa, un hombre que me odia por el simple hecho de haberle segú
Laureti tus días en esta empresa serán contados tic, toc
encargada de llevar a cabo la presentación de todo el trabajo que manejamos en la empres
. Subo la mirada sintiendo como mi mundo tiembla al verlo, y es que por dios. Él entra como perro por su casa sin ni siqu
ismo momento que mis bragas se
aro enfrente de él, sintiendo las palpitaciones de mi corazón ace
evo de la empresa? -pr
eza y yo puedo jurar que en estos momentos no p
regunta mostrando los di
mantha no puede
-me acerco a él un poco para que pueda olerme, y también para que pued
jadas y yo me estoy arrepintiendo de este juego, ¿Y s
payasa para que se ría en mi car
tan hermosa sea tan amargada -aprieto mis piernas po
stá usted suspendido de sus labores, soy la gerente de
nuevo, y aunque no parece m
do Laureti y soy el dueño de esta
tamente quién es él, y que desde este momento, co