Contrato con el viudo paralítico
-preguntó a s
mental, comenzó a tirar todo lo que tenía a su
ste a Emma? -pregu
el mal estado de su pad
omentó Briana
en su habitació
iría a consolarlo -comentó Briana
divertida, y Briana p
de madera de roble. Extendió su pequeña mano, pero la dejó suspendida
de el otro lado, pero Bria
, Brian
estaba sentado en el otro extremo. Brian
Briana, observando el d
dos los días, cada vez que despertaba ella me abrazaba y me decía cuánto me amaba. Sabes, era una mujer
jala ir -sug
ir? -pregu
o, qu
usta levantarse y cepillarse el cabello durante horas, se ponía su exquisita colonia junto con su perfume tan delicado, al igual que sus manos. Deja
eso, tienes que seguir
na, no puedo -r
un ambiente tan masculino y elegante, era la habitación de Lautaro. A pesar de lo supuestamente excelente que era su matrimonio, ella tenía su propia habitación y se veían de vez en cuando en algunos encuentros. Pero
ases a su hija -com
hija, porque le recordaba a su esposa. Se sentía mal por él, aunque en parte ella también quería estar con su amiga. A
as se acercaba a su lado. Emma es