Cruel millonario
aría. Lo que no sabía: era qué tan jodida era la cosa. Tampoco
por lo cual esa clase no estaba contigo. Al llegar a los primeros peldaños del escalón, te pude ver: tenías puesto el uniforme de l
te habías ido, dejándome con la mano suspendida en el
a en las clases". Aunque desde pequeños, siempre había intentado tener la posibilidad de molestarme
ie de encuentro con las otras escuelas. Aquel suceso, me entusiasmó
hico desde que era una pequeña de tu 4 años. Habíamos ido ju
antes: el entraría por esa puerta y tendría una de las clases con él. Aunque él s
an a la escuela. Suspiré, apoye mi rostro en mi mano izquierda. Aprovechaba
recía algo magnífico, una c
ojo. Se acercó a mí y me dijo,"¿En qué
hico que no fuera él. Incluso con mis dieciocho
. El camina de espaldas a mí, podría tener una vista magnífica de su trasero; Per