Prisionera de Amor
na jovencita inocente que se mostraba vulnerable ante la situación y la vida; todo aquello tenía un fin, quería que él entendiera de una buena vez que ella no tenía su dinero, que no ten
na nueva vida, para
abía un pequeño ser creciendo en su interior, alguien que la necesitaría el resto de su vida y a quién ella no
aría por su padre y que de seguro debería mentirle y eso no sería justo para el niño, ni tampoco para Lucien pero había decidido que no le importaba lo que él creyera. Su situación no era buena, era una camarera, no podría ofrecerle a su hijo una buena
a la comodidad que podía darle su dinero a su hijo. Y ella se dedicaría en cuerpo y alm
la nada. Claro que el hombre tenía derecho a estar en shock, ella misma lo había estado al ver la segunda raya rosa del test de embarazo, por qué sabía que
intimidad. Y claro, estaba la cuestión de haberse dejado llevar por Lucien Bonnet, sí no hubiera claudicado no estaría embarazada, aunque tal vez si estaría en prisión y esa tampoco habría
ró la garganta en un intent
gro comprender que esa sea tu
tan desagradable, que no me dejaste de otra. Pero
mentirosa.- dijo el elevand
ele a eso también, pero no sirvió de n
arte de una venganza? ¿Pla
que la inmundo cuando el de form
r dios, me robaste la virginidad a cambio de tu dinero! Así que no te permito que me mires de esa m
za, ella le reclamaba con justa
o olvides que no te forcé, tú d
bía consentido, pero no iba a reconocer
ada del sexo, no hizo falta m
obligué, no habría llegado tan lej
as a venderme la idea de que no pretendías
y dejarte en la habitación en paños menores. Luego iba a denunciar
sedujis
o que dijeras que no. De hecho recuerdo
los ojos llorosos. -¡Mi
e no es la verdad, en la habitación del hotel
audicado a tus encantos, puede que me haya dejado seducir, pero no te olvides de que fue bajo la amenaza constante de prisión. Sí subí hasta tu habitaci
sí ella pudiera ver a la chiquilla que tenía delante de él, de seguro se avergonzaría
o, lo que hice no debería haberlo hecho. Pero aunque lo reconozca
No esperaba que reconociera
etó los di
lo que
del bebé. Que supieras
que significa esa p
ue tengo no me sirve de ejemp
implique en la vi
ien lo contrario, pero necesitaba que él la
rás pasarme una pensión para el niño, no pienso criar a mi hijo en la miseria, mien
pagaré con gusto una pensió
ningún otro hombre. Sé que me vigilas, no soy tonta. Por otro lado tú has estado con tantas mujeres que ni siquiera debes ll
e iba a contagiarte al
no sirvió e
erte es dinero. – dijo el
esitaré para g
la clínica y con el especialista que yo elija, pero si resulta que el niño no es mío, estarás en
asta que Nazca el niño, hay riesgo de abor
en. Pero ya sabes cuáles son las con
tuyo. Bueno, está todo acordad
digo. ¿ Eso
Sí
re contactarse contigo, más te vale que me lo dig
ú hijo lo
si es m
visaré a tu secretaria
ta al salir.- contesto el s
había esperado que él fuera tan duro, en el fondo deseaba que él quisiera al niño, porque sabía el dolor que signifi
amás le haría falta amor, que el que ella le tenía era tan grande que bastaría para hacerlo feliz la vida entera. Su niño no tendría un padre, pero la
a vida nueva, comprar una pequeña casa, tal vez en ese pueblo que había visto en una revista, cerca de las sierras, sería un lugar maravilloso par
e ver crecer a un niño que a lo mejor sería el remedio de sus males, por qué si de algo estaba segura Lilly, era de que Lucien Bonnet no era feliz y la prueb
n Lucien Bonnet, salvó por el dinero que fuera a darle, esperaba no volver a ver su rostro nunca más. La vida ahora iba a cambi
su vida, era momento de dejar