Matar
mpezó a salir del porche. Estaba a medio ca
belleza. Trisha permitió que su ira fluyera. "La última vez que te ofreci
io y grabó sus hermosos rasgos. Eso respondió a su
ando en mi hospital. Eras más atractivo medio muert
e él dio un paso hacia ella. Hizo girar las
ruñó las palabras desde
ches, señ
ra aguantó. Oyó el tintineo de las llaves. ¿Inte
? Fueron buenos deteniéndote antes a pesar de que
ldición. "Tú eres el D
uerdas". Ella se apo
llo es d
jaba en el hospital donde se conocieron. Ahora ella había vuelto a su color normal
a y háblame".
uedes insultarme más?
en su casa de otra forma? ¿Por qué le importaría si ella fuera la misma mujer a la
r. ¿S
las ventanas estuvieran cerradas. Se relajó segura de que él se había ido, y no planeaba molestarla. Entró en su dorm
*
se. Todavía estaba sorprendido de que la mujer a la que acababa de insultar y enojar
o del hospital humano, pero debería haber reconocido su olor o haber colocado esos hermosos ojos azules de ella cuando los había vuelto a v
jo el de él, el sabor de su piel en esta lengua y el olor de su excitación atormentándolo. Había estado seguro de que nadie la salvaría, que sería suya para tomarla, y disfrutó la idea de
dera fría, abrió los ojos y miró a la casa en la que ella se escondía. Había fantaseado con encontrarla, volver a ponerla debajo de él y terminar lo que ha
Le había irritado que se sintiera atraído por ella a pesar de tener una mujer de fantasía atrapada dentro de su cabeza. Casi pare
lo mismo. Se adentró en la oscuridad. Acababa de pe
casa. Su ira se convirtió en tris
lección y al