Había sucedido tan de repente que Kathryn no tuvo tiempo de reaccionar.

"Willard...".

"El suelo está frío, y no debes caminar descalza".

Él la llevó al dormitorio y la colocó delicadamente en el sofá. Después agarró las pantuflas que estaban junto a la cama, se arrodilló y se las puso.

Kathryn apretó las manos al sentir que una extraña sensación se apoderaba de ella.

"Cariño".

Su voz era suave, aunque él la escuchó.

Se sintió repentinamente tentado por su voz, pero fingió que no le había afectado y apartó las manos con calma.

"El desayuno ya está preparado. Baja a desayunar luego de ducharte".

"¿No vas a comer conmigo?", le preguntó ella esperanzada.

"No, tengo una reunión más tarde", le contestó Willard secamente mientras se levantaba. "No tienes que preocuparte, ya le he explicado las cosas a tu padre".

Y tras decir esto, salió rápidamente de la habitación. Cuando la puerta se cerró, ella aún estaba aturdida.

Y se sintió algo desanimada.

"¡Willard, eres un idiota!".

Le había dado obviamente una oportunidad, pero él no la había aprovechado. ¡Había hecho lo contrario y la apartó!

Cuando ella bajó a desayunar, Willard ya se había ido.

Como ella se lo esperaba, no se decepcionó.

De cualquier forma, tenía algo importante que hacer al mediodía, por lo que no estaba de humor para pensar en su vida amorosa.

Al fin y al cabo, Willard era su esposo y vivían juntos. ¡Aún tenía muchas posibilidades de tenerlo!

Además, él tampoco podía huir.

Tras desayunar, Kathryn tomó su bolso y se subió a su auto.

Habían pasado muchos días desde su renacimiento.

Después de recordar todos los eventos importantes de su vida anterior, tomó una rápida decisión.

El principal negocio de la familia Ramsey era el de los medios, y era una de las empresas líderes en la industria del entretenimiento.