Mi Gran Amor... La hija de mi enemigo

del

gota de licor la noche anterior. El cuarto estaba frío, pensó que revisaría la calefacción esa misma mañana después de levantarse antes de que su

zás se había levantado antes porque el niño se hubiera despertado. Pero no escuchó nada, ¿Sería que est

no podía abri

monios!? se sentía desconcertado, a pesar de que estaba despierto tenía la mente confundida, ¿se habría desmayado? recor

Siempre le disgustó ese olor, porque representaba que quizás lo hubieran heri

brir los ojos lo estab

ría s

ndió a sí mismo, porque a veces era d

de bips repetitivos y escuchó que una puerta se abría y alguien entraba en el cuart

ba!? ¡Su cuarto tenía

ájese —la voz profesional de una mujer l

aldito h

ado al lado de su esposa, quien ya estaba dormida, pero que automática

edido? ¿En dónde

dos cuando debería estar gritando. De pronto recordó que la anestesia le daba esos síntomas,

mucho más allá de la noche anterior, parecía como

ritar de nuevo, pero solo nuevo

profesional— ¡Aura! ve y llama al doctor Jones, el paciente está mu

ero qué demonio

ación y sintió un pinchazo en el brazo derecho,

conocida. De pronto recordó: ¡El doctor Jones! podría decirse que era su

qué de

apoderando de su mente otra vez, hast

meses

departamento contra el crimen organizado de la ciudad de Nueva York, había logrado poner tras las rejas a Luc Rodson, uno de

poca monta, sin embargo, en los últimos seis meses había logrado incautar varios alijos de más de cincuenta millones

gal en la ciudad. Este tenía una fachada de hombre de negocios honesto en la ciudad al frente de una empresa de im

uy contento, en especial el comisario Raymond Arnold, jefe directo de la di

era un hombre que disfrutaba de la vida hasta donde podía, se esforzaba en su trabajo y la justicia

cercanos lo estaban esperando, el detective O’Malley, un recalcitrante polic

oe! —le dijo dándo

e daban testimonio de la tierra donde reposaban sus ancestros, terminó dándole u

elicitarlo— No hubiera podido hacerlo sin ustedes, en especial por estos dos cabezotas, dij