—Un whisky, por favor.— pedí en cuanto llegue a la barra y dejando mi bolso a un lado, pasé la mano por mi cabello, no iba a llorar, no aún, necesitaba algo de alcohol. Si me quebraba ahora, quedaría como la idiota que Nyree había dicho que era.
“—Jull tiene novia y tú siempre has sido su amiga, ¿qué te hace creer que eso va a cambiar ahora?”
Su molesta voz en mi cabeza me atornillaba, la consciencia me juzgaba diciéndome; que me lo tenía bien merecido por dormir con alguien que tenía novia.
El Barman dejó el vaso con licor ambarino delante de mí, lo llevé a mis labios y lo tomé de una sola vez.
—Otro. — pedí y le devolví el vaso. El chico lo sirvió en el minuto.
Tonta… Tonta… Tan estúpida, me repetí una y otra vez.
Volví a repasar la escena presenciada hace menos de una hora, la variable que me había negado a ver, creyendo como una completa imbécil que mi amor no correspondido de más de diez años, se haría realidad en algún momento próximo.
…Una hora atrás…
—¡Queridos Socios! — William llamó la atención de todos en la cena de la directiva, habíamos firmado un contrato millonario como, buffet encargado y exclusivo de todos los asuntos de BancWest, la importante banca y asuntos financieros, habían estado meses buscando un equipo jurídico para representarlos una vez que su contrato acabó con el buffet que los representaba anteriormente, junto a William y Rogers como socios Fundadores de "B&T Lawyers" (Business and truth lawyers), Habíamos estado en conversaciones con la directiva de la banca, presentando varias ofertas y propuestas, finalmente, después de seis meses de negociaciones, ellos habían firmado el contrato con nosotros, aquel día, luego de la firma, William y yo habíamos reservado una habitación del hotel más lujoso de Londres y pasamos las siguientes horas sumidos en la pasión del uno por el otro. Ahora, en la cena de celebración, nos acompañaba a la directiva, el presidente de BancWest y su hija Cordelia West, la menuda chica de ojos azules era su hija única y se rumoraba heredaría todos los negocios de su padre. Taylor West era uno de los hombres más poderosos del Reino Unido.— Este proyecto, B&T no habría sido posible de no ser por Julliete y Rogers, que como varios saben, comenzamos poco a poco desde la universidad.— Rogerts se paró a mi lado y puso su mano en mi espalda baja, se acercó levemente a mi oído y susurro. —
—No muestres ninguna expresión.— dijo muy bajo, solo para mí, la seriedad en sus palabras me pusieron alerta.
—... Julliete y Rogers son los hermanos que nunca tuve — continúo Williams— y hoy en día, encabezamos la directiva de una empresa rentable, ecológicamente responsable y que goza con un excelente ambiente laboral, somos jóvenes en el rubro…— Camelia se acercó suavemente a su lado y un mal presentimiento comenzó a anidarse en la boca de mi estómago— Pero con este nuevo contrato seremos grandes muy rápido, ahora, con mis hermanos aquí, — William levantó su copa hacia nosotros, sus azules ojos puestos en nosotros— Quiero revelar algo personal, pero que merece esto y más, lo cierto es que hace unos meses he estado saliendo con la Señorita Camelia…— Juro por Dios, que de no ser por la mano de Rogers que rodeaba y sujetaba mi cintura, mis piernas habrían cedido, no sé dónde pude sacar la fortaleza para mantener la sonrisa en mi rostro aunque sentí mi labio inferior temblar por solo un segundo—… Y ahora, que ya todo está en regla, hemos decidido casarnos. — deje de respirar y todos alrededor estallaron en silbidos, aplausos y yo, sentí que el corazón se me caía a los pies. Rogers puso delante de mí una copa de champán, me la tomé de un solo sorbo girando mi rostro disimuladamente.
—Acabo de averiguarlo, no pude decírtelo antes.— dijo mi amado mejor amigo, el mejor amigo de William y mío, amigos desde la Universidad, el único junto a Nyree, mi hermana y mejor amiga, que conocían mi amor no correspondido de William. Así mismo, eran los únicos que sabían que habíamos estado teniendo relaciones sexuales en una extraña relación de “solo sexo”. —respira…— dijo y tomó mi copa vacía para tomar mi mano —Vamos a felicitarlos, estarás quince minutos en ojo público y te ayudaré a salir discretamente. — dijo y yo asentí muy suavemente, no arruinaría mi reputación, mi imagen por esta… Noticia. Tenía que procesar, pero ahora, solo podía usar la concentración para no romper en llanto en medio de los miembros de la directiva y gerencia que nos rodeaban.
Sacando fuerzas de Rogers y de su agarre en mi cintura, me tragué el nudo en la garganta para logra caminar lentamente junto a él hasta la presunta feliz pareja.
—¡Vaya noticia!— dijo Rogers— la tenías bien guardada — dijo en un acto de reproche y felicitaciones, se acercó y besó ambas mejillas de Camelia para luego pasar a darle un abrazo a William, yo imité su actuar.