(Filippo Valentini - Estados Unidos)
- ¡Figlio di puttana! - "¡Hijo de puta!", grito con rabia y frustración, ¡Odio cuando un sospechoso se escapa!
Todavía se puede ver cómo se aleja el avión, llevo seis semanas investigando esta mierda y cuando por fin se pone en marcha la operación se me escapa de las manos. No se quedará así, lo cazaré donde quiera que esté y también cogeré a quien le haya ayudado a escapar, siento que alguien de la operación me ha traicionado. Y no apruebo la traición de ningún tipo.
La basura que se escapó ha estado traficando con niños en varias zonas, muchas familias han sido destrozadas por su culpa, muchos niños y niñas han sido asesinados en los quirófanos para extraerles los órganos. Esto me duele en el corazón, dar esta noticia a los familiares no es una tarea fácil, tanto que ni siquiera lo hago.
Soy el hijo menor de Luna Valentini y Carlo Valentini, mi padre murió hace unos años, mi madre, por normas familiares, no se ha vuelto a casar y desde hace diez años me da la lata para que les dé tres nietos, dice que se arrepiente de haber tenido sólo tres hijos y por eso quiere varios nietos. Y sólo le queda arrodillarse pidiendo tener aunque sea una nieta.
Ah mi corona, pasarán muchos años todavía antes de que tengas tus nietos... O tal vez no tengas ninguna, no de mi parte. No quiero tener hijos ni esposa, estoy muy centrado en el trabajo y no tengo tiempo para estas cosas, las mujeres con las que me relaciono son sólo para pasar el rato.
Pero estoy seguro de que seré un buen tío.
Cierro la puerta del coche con fuerza y conduzco hasta mi casa en Seattle, Washington. Es un lugar tranquilo, vivo "solo", mi madre y mis hermanos viven en Milán — la principal ciudad económica de Italia — a veces voy a visitarlos, sin embargo, hace un año y medio que no los visito.