Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Destinada a mi gran cuñado
Demasiado tarde para arrepentirse: La heredera genio brilla
Enamorarme de nuevo de mi esposa no deseada
Novia del Señor Millonario
Ella se llevó la casa, el auto y mi corazón
Mi esposo millonario: Felices para siempre
Una esposa para mi hermano
No me dejes, mi pareja
Regreso de la heredera mafiosa: Es más de lo que crees
Las paredes parecen vibrar a causa de lo alto de la música. Cierro los ojos antes de dar un largo trago a la botella de agua que está en mis manos, para luego apoyar los codos en la mesa en la cual espero a mi amiga hace diez minutos. ¡¿Dónde diablo está?!
Escucho un bufido proveniente de mi lado izquierdo, intento ignorarlo, hasta que siento como tironea suavemente de mi cabello. Sí, me falta decir que estoy con el chico más egocéntrico que conozco, y que odio, por cierto. ¿A quién me refiero? A nada más ni nada menos que a Garrett- Garrett O’brien.
¿En serio Karen? No quiero pensar que esto está planeado todo para que esté con él.
—Vamos, princesa, solo será solo trago —repite Garrett por quinta vez en lo que va de la noche, esta vez tomando una de mis manos, apretándola con suavidad y haciendo un estúpido puchero.
¡Que tonto se ve, ni en sueños tomaría un trago con él!
—No, no quiero emborracharme —contesto con simpleza, a ver si esta vez deja molestarme.
—¿Es eso o no quieres terminar en mi cama? —responde, mientras la cercanía de su cuerpo me provoca escalofríos —Podemos hacerlo si lo deseas —agrega relamiéndose el labio inferior.
¡Ja! Sigue soñando niño.
—Eres un idiota, ni siquiera estando ebria podría estar entre tus sabanas —le digo tratando de sonar segura, sí porque no lo estaba.
Pero, su sonrisa de idiota me advierte que sabe que miento.
—¡Ge-Georgia! —el chillido de Karen me sobresalta un poco, haciendo que casi salte de la silla, en la que llevo más de media hora sentada.—¡Vamos a bailar! —grita arrastrando las palabras, su mano se envuelve alrededor de mi brazo, tironeándolo con fuerza.
Genial, lo que me faltaba, Karen borracha y Garrett que quiere que beba un trago con él. ¿Qué hice para merecer esto?
—No lo puedo creer —ruedo los ojos —¿Cuánto tomaste? —pregunto agarrándola bien del brazo para que no termine con su cara pegada al suelo.
Hoy no quiero ir al hospital y ni mucho menos a la comisaria. Sí, tal vez termine golpeando a Garrett para que deje de molestarme.
Karen levanta la mano e intenta hacer la cuenta con sus dedos, sin embargo, no tiene éxito. En su lugar niega con la cabeza y señala a Garrett.
—Tú, ¡Bésala de una buena vez! —dice con molestia —Hasta yo siento su puta tensión sexual —agrega y yo me tapo la cara con la mano que tengo libre.
¿No puede mantener la boca cerrada?
—Por dios Karen, cállate ya —le digo y ella se ríe, no sé si de mí o porque esta borracha.
Ella es como la mujer maravilla, la diferencia es que Karen usa el alcohol para decir la verdad y la mujer maravilla usa un lazo de la verdad y bueno agregando que no tiene todo ese “traje” que ella usa, solo es Karen ¿Cuánto más puedo pedir?
Volviendo a lo que dijo mi amiga, que por cierto no hacía falta que diga eso. ¿En que está pensando? Lo sé, en nada, porque dudo que con todo el alcohol que tiene encima puedo pensar algo inteligente para sacarme a Garrett de encima ¡y no lo contrario! ¿Quién dijo que quería tenerlo toda la noche pegado como si él fuera una garrapata en busca de refugio? Yo no, nunca lo pensé, ni lo pensaría.
Garrett suelta una sonora carcajada, antes de acercarse peligrosamente a mi rostro, ya que yo me separé de él para socorrer a Karen. O bueno, para estar más lejos de él,
—Ni se te ocurra —lo amenazo apuntándolo con el dedo.
—Te mueres por besarme —contesta guiñándome un ojo.
Su confianza solo me causa risa.
—No, cariño, prefiero besar a un pez, sus labios parecen más apetitosos que los tuyos —respondo y el vuelve a soltar una carcajada.
«¿De qué carajos te estas riendo, idiota?»
—Está bien, ve a besarte con un pez, pero a mí no me negaras un trago —dice tironeándome hacia la barra sin importarle que Karen esté sosteniéndose de mí.