Por Carolina
Miré el gran edificio, se alzaba imponente, casi obsceno, por su gran tamaño y su lujo derrochador.
Era majestuoso.
-Vos podés.
Me dije a mí misma, es la tercera entrevista, y la definitiva.
Pasé las otras dos entrevistas sin problemas.
Ahora era distinto.
Ahora tenía que ver al señor Sergio Hortiguera Del Valle.
Me tiemblan las piernas solo de pensar en ese nombre.
El mejor abogado de la ciudad.
Se supone que estoy acá y llegué a esta instancia porque valgo.
Fuí el mejor promedio de mi camada.
Solo por eso merezco una oportunidad, al menos eso dicen los requisitos.
Tomé aire y entré.
La recepcionista me indicó que suba al piso 20, el último.
Y era todo el edificio de los Hortiguera Del Valle.
Los mejores abogados, son implacables y no hay juicio que pierdan.
Es la oportunidad de mi vida.
Y estoy recién salida del caparazón.
Tengo 22 años y me comí la carrera, literalmente.
Bajé del ascensor, donde me recibió otra recepcionista, que me acompañó por unos pasillos y nos encontramos con una secretaria.
Las paredes eran blancas, con enormes ventanales, que hacen que el edificio tenga ese aire moderno, impecable, lujoso.
-¿Carolina Pridón?
-Si, mucho gusto.
No me dijo su nombre.
-El señor la atenderá en breve.
Tomé asiento.
15 minutos después, me dice que puedo pasar.
Golpeó la puerta y luego de ese temido ¨adelante¨, entré.
Digo temido, porque mis nervios ya están a flor de piel, sin saber que eran nada en comparación de lo que venía.
Cuando entré, esperaba, sinceramente, encontrarme con un señor de unos 60 años, el que aparece siempre en las portadas de las revistas más prestigiosas de derecho.
Sin embargo, nunca en la vida esperé encontrarme con él.
-Buenas tardes señorita..
-Carolina, Carolina Pridon.
Me extiende la mano.
-¿Nos conocemos?
Debe haber notado mi asombro, o mi indecisión.
En realidad estaba temblando.
-No, no lo creo señor, solo esperaba encontrar a un señor mayor.
Se ríe a carcajadas.
-Te escucha mi padre y seguro que no te contrata.
-Perdón.
Digo poniéndome de todos colores.
-Es nuestro secreto.
Dice mientras me guiña un ojo.
-Gracias.
-Voy a hacerla corta, no tengo demasiado tiempo, si llegaste hasta acá es que pasaste todos los requisitos, comenzás el lunes como abogada juniors, en la oficina de personal te indican las dudas que tengas.
-Muchas gracias...señor.
-Bienvenida a bordo.
Le sonreí.
Cuando salí de allí, me dirigí a la oficina de personal.
Por suerte la entrevista fue realmente corta, aunque yo esperaba que me hiciera muchas preguntas, no lo hizo, a lo mejor tendría que ir a tribunales o preparar un juicio, por el motivo que sea, fue corta y yo me alegré por eso, estoy asombrada, anonadada.
Me temblaban las piernas.
No puede ser….
Es él…
Tantos años sin saber siquiera su nombre, ni quién era y ahora trabajo para él.
No me registró.
No sabe quién soy.
Aunque no se porqué me preguntó si nos conocíamos, debe ser por mi titubeo.
Traté de concentrarme en el tráfico.
Lo último que necesito es chocar.
Se abrió el garaje y dejé el BMW junto con los otros dos autos, uno era una camioneta, también BMW, y el otro era un Mercedes, clásico, pero de los más lujosos, voy a tener que rotar de autos, sino se les va a pudrir la nafta.
Gracias a Dios que tengo las tarjetas que me habilitan para manejar todos los vehículos.
Están a nombre de mi hermana y de mi cuñado.
Llego al living y las dos preciosuras saltan sobre mí.
-Tía llegaste.
-Tía, te quiero.
-Yo también las quiero a las dos, ¿Cómo se portaron?
-Biennnnnn.
Sonrío, son el eje de mi vida.
Brenda le va a avisar a mi amiga Andrea, que estaba en la cocina, que llegué.
Abrazo nuevamente a Priscila, casi temblando.
Miro sus hermosos ojos verdes…
No los sacó de mí…
Son iguales a los de su padre.
Es increíble, pronto va a cumplir 7 años, pasa demasiado rápido el tiempo.
-¿Cómo te fué?
Me pregunta mi amiga, sacándome de mis pensamientos.
-El lunes comienzo a trabajar.
-Excelente, ¡Te felicito!
Me mira.
Me conoce muy bien, a pesar que estuvimos años separadas, desde que me vine a vivir a la ciudad balnearia más grande del país.
Fui obligada, literalmente, por mis padres.
MmmDejé mi vida, a mi amiga...todo atrás y asumí las consecuencias de mis actos.
Ahora Andrea me acompaña nuevamente, se peleó con el amor de su vida, lo típico, lo encontró con otra teniendo relaciones en la cama de su departamento, le quiso dar una sorpresa y esperarlo en el departamento, a su novio, y la sorpresa se la llevó ella.
JuA
A1sto pasó la tragedia de mi hermana y mi cuñado y mi amiga vino inmediatamente.
Acá estamos.