Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
Mi encuentro con un misterioso magnate
La segunda oportunidad en el amor
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
Mimada por el despiadado jefe clandestino
No me dejes, mi querida mentirosa
Un dolor punzante atravesó de repente el brazo de Claire Williams.
Consternada, la chica se lamió los labios y procuró abrir los ojos, pero no pudo. El dolor arreciaba con cada segundo.
Sus parpados se sentían pesados y apenas si podía moverlos. En la distancia, un cúmulo de voces empezaban a escucharse, aturdiéndola todavía más.
"¡Dios, es tan lamentable! A la pobre no la anestesiaron porque su familia no quiso... Deben odiarla para hacerle algo así".
"Sí, tiene treinta puntos en el brazo... Me da dolor solo mirarla".
Después de un largo rato, Claire abrió lentamente los ojos y se encontró acostada en una cama de hospital. Sus ojos se espabilaron en el instante en que se dio cuenta de que estaba conectada a un gotero intravenoso.
Poco a poco, los recuerdos fueron cobrando vida en su mente. Ximena Brooks la había invitado a ir de compras ese día, pero solo para cargar las bolsas por ella.
Era normal que Ximena le ordenara hacer cosas como esa y ella no podía negarse por nada del mundo.
En el camino de regreso a casa, Claire se sentó en el asiento trasero del auto mientras Ximena conducía. Minutos después, el auto se estrelló.
Las imágenes del accidente brillaron de repente en su cabeza, aturdiéndola. El miedo aceleró sus latidos y la puso a sudar frío.
Desesperada, miró a su alrededor solo para darse cuenta de que estaba sola en la sala.
Cuando quiso incorporarse, escuchó unos pasos que se acercaban.
Al alzar la mirada, Claire vio a una figura esbelta ante ella y el corazón se le aceleró cuando se dio cuenta de quién era.
"¡Darren!", exclamó, genuinamente conmovida.
Darren Sampson era el hombre con el que estaba casada desde hacía tres años. Aunque casi no compartían tiempo juntos, ella todavía lo amaba.
Al verlo allí, Claire se sintió conmovida. Después de todo, eso le daba a entender que se preocupaba por ella.
Sin embargo, el hombre se alejó poco después sin siquiera voltearse a mirarla.
La sonrisa de Claire se desvaneció en un instante.
Con el corazón inquieto, se sacó la vía intravenosa y corrió hacia él.
"Darren...", murmuró.