Una esposa para mi hermano
Yo soy tuya y tú eres mío
El camino a reparar tu corázon
Vuelve conmigo, amor mío
El regreso de la heredera adorada
La segunda oportunidad en el amor
Tener hijo con mi mejor amigo
Enamorarme de ella después del divorcio
El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
¿Quién se atreve a cortejar a mi reina encantadora?
Melina Han estaba de pie en medio del pasillo, con un vestido de novia blanco. Sus ojos fríos recorrieron todo lo que la rodeaba cada cosa era extraña e impactante. La comisura rosada de su boca se curvó ligeramente, formando una curva autocrítica.
Una ráfaga de aire frío entró por la puerta y se llevó el único calor que tenía. Los dos mechones de cabello que colgaban también fueron arrastrados por el viento frío.
Lágrimas calientes brotaron de sus ojos. Finalmente, fluyeron de mala gana por sus suaves mejillas y entraron en su boca.
Todos decían que el momento más hermoso en la vida de una mujer era el dia de su boda. Sin embargo, hoy nadie pudo apreciar su belleza.
Lágrimas de agravio rodaron por su hermoso rostro. Miró a su alrededor con impotencia. Todo estaba tan vacío y silencioso.
No hubo boda, ni invitados, ni siquiera un novio. A su boda no fue nadie solamente ella, acompañada del aire frío.
Aunque sabía que esto sucedería, no pudo evitar sentirse triste frente a la iglesia vacía. Su pequeño orgullo estaba herido.
Ese hombre ue un no conocia realmente la trató con mucha crueldad.
Melina levantó sus ojos rojos e hinchados para mirar la estatua del Dios y gritó con voz ronca: "¿Es mi culpa? Solo quería salvar a mis padres. ¿Fue mi culpa? ¿Por qué me insultó así? “¿Por qué?”
Melina se sentó impotente en el suelo, con la cabeza hundida en el pecho.
De repente, un par de zapatos negros brillantes aparecieron frente a sus ojos.
Melina miró hacia arriba con miedo. Cuando vio al hombre indescriptiblemente guapo frente a ella, no pudo evitar temblar.
Esto se debió a que su rostro y sus ojos estaban fríos, llenos de maldad.
El hombre se puso en cuclillas con gracia y sostuvo la mandíbula de Melina con sus largos dedos mientras la miraba juguetonamente. Al mirar sus ojos llenos de pánico y lástima, el hombre de repente se enojó y aumentó el poder en sus manos.
Melina gimió de dolor. ¿Quién era este hombre? ¿Por qué apareció aquí? ¿Por qué la miraba con una mirada tan aterradora?