Antes de empezar quiero decir que este capítulo es duro, puede llegar a herir sus mentes. Es y era muy importante escribirlo para que supieran lo que había pasado nuestra protagonista Valery, y así comprender su actitud y sus miedos.
A la edad de quince años perdí a mi madre y no de la manera esperada, mi madre murió apaleada por mi propio padre.
No tuve tiempo para llorarla, no tuve tiempo para despedirme de ella, solo me agarró del brazo y me saco arrastras de la casa, de un golpe me metió en el maletero del coche...
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Han pasado ya tres años de aquella noche, tres años en los que no he parado de rezar por mi propia muerte.
Escucho como me llaman, es hora de presentarme ante los desgraciados que disfrutarán de mi cuerpo esta noche. Y si digo disfrutar porque desde hace tres años me veo obligada a vender mi cuerpo. Si al menos pudiese escapar de esta vida, pero ya dejé de soñar con eso. Él no me lo permitiría, mi amo me moleria a palos por intentar escapar. Yo no soy nada, solo soy una esclava, su esclava.
Si tan solo ese desgraciado no me hubiese vendido para saldar sus deudas, si mamá estuviese viva. Igual mi vida sería diferente.
Para ser realistas no lo sería mucho más, él me saco de la escuela con diez años por lo que apenas se leer y escribir. Mi vida de antes solo era limpiar y buscar chatarra junto a mi madre, al menos tenía al lado a una persona que me quería.
Una lágrima rueda por mi mejilla al entrar en la habitación, esta noche solo hay dos caballeros y somos cuatro señoritas. Agachó mi cabeza intentando pasar desapercibida.
Salgo de la habitación y media sonrisa se dibuja en mi rostro, esta noche he tenido suerte. Demasiado aniñada, casi no tiene tetas... Esos fueron solo algunos de los comentarios que escuche, en lugar de sentirme menospreciada, me sentí aliviada.
-Dónde crees que vas Valery?-
- A mí cuarto, amo-respondo bajando la cabeza.
- Te he dado permiso para marcharte-dice agarrando mi pelo fuertemente y haciéndome caer.
-No, perdoname amo, no lo volveré a hacer- hablo entre sollozos por el dolor.
- Me estás empezando a aburrir, ni siquiera has crecido bien. Vas a resultar una mala inversión- dice pegándome una patada en el estómago.
No me muevo de mi sitio, él no me lo ha permitido y se que si lo hago todo será peor, ojalá y en uno de esos golpes dejará de respirar al fin podría estar de nuevo con mi mamá.
Comienzo a toser y veo mi mano manchada de sangre, mi estómago duele pero lo que más duele es mi corazón. No tengo que llorar eso es lo que más le gusta, verme llorar, llorar hace que me sienta débil, definitivamente tengo que intentarlo.
-Estúpida! levanta tienes clientes, que te levantes...- dice cogiéndome de nuevo del pelo.
Apenas si puedo andar, el dolor es cada vez peor. Llegó hasta la sala y para mí desgracia un hombre mayor y obeso me elige a mi.