Tenía tanto miedo, salgo corriendo mientras la sangré corría por mi piel, no sabía de quién era esa sangre ni que es lo que había hecho.
Estaba asustada, pero a la vez me sentía entusiasmada, la adrenalina que corría por mi piel.
Puedo escuchar a los lejos unos pasos, busco un lugar donde esconderme y entro a una habitación, estaba vacía, busco dónde puedo esconderme, siento que alguien pasa su mano por mi cintura y cubre la boca con su otra mano.
—Shh no grites —Dice al soltarme y volteo a mirarlo.
—¿Me extrañas?
—No comiences con eso Mar.
—Oh Thiago, no te resistas — Me mira fijamente y su cara se transforma de una seria a una de preocupación.
—¿Qué hiciste?
—Yo— escuchamos unas voces afuera, nos escondimos debajo de la cama y podemos observar solamente los pies de un par de personas.