Nohelia Cross
21 de enero, 2018
“Dije que no iba a volver a escribirte, pero acá estoy de nuevo después de casi tres meses he vuelto a entrar a tu cuenta de Instagram y no he contenido la emoción de escribirte. Debería mantener mi palabra y dejar de escribirte, por mi bien; tampoco es que quiera que me contestes, pero esto ya se volvió una rutina, van tres años desde el primer mensaje…
Entonces diré muchas cosas ahora mismo.
Erick angelical Davis, no sé cómo lo haces, pero cada vez que te vuelvo a ver estás más precioso. Tú eres mi más grande crush, aunque no me gusten rubios; te puedes reír, porque yo tampoco entiendo por qué me gustas entonces. Hace poco te vi, hice un desastre en ese lugar sin querer… Espero no volver a verte y hacer una tragedia peor que ese día. Pero ahora este si será el adiós definitivo rubio angelical…
Hasta nunca, NH”
Presiono enviar, mirando durante los segundos que demora en salir él ya se envió, deslizo el dedo por la pantalla mirando cada uno de los mensajes que le he enviado durante estos tres años puedo decir con seguridad que este chat se volvió mi diario del día a día; no me acuerdo en que momento los mensajes comenzaron aparecer como leídos, pero, aunque siempre está ese pequeño signo que me comprueba que han sido leídos, nunca responde.