Trato de controlar mi nerviosismo poniéndome mi abrigo rojo
tratando de mantenerme caliente en el frío helado, realmente ir a
la universidad en este frío helado no es la mejor opción, pero estoy
muy feliz por mi primer día de clases en una universidad donde
no conozco a nadie más que a mi mejor amiga Samanta.
Gracias a Dios ella también vino a esta universidad y todo
mejora cuando recuerdo que voy a estudiar Administración de Empresas.
No puede ser tan malo, ¿verdad?
¿Qué podría esperarme dentro?
¿Un extraterrestre?
¿Un vampiro disfrazado de estudiante universitario?
Admito que tengo que dejar de ver este tipo de programas,
me río nerviosamente de mis pensamientos tontos y agarro mi
mochila y mis libros antes de cerrar el auto.
Obtuve mi primer auto como regalo de cumpleaños cuando
tenía 18 años de mis padres que luchaban para pagar las cuotas, y
aún hoy con mis 20 años lo sigo teniendo, no es un auto viejo
ni nuevo, pero es con gusto para mi.
Debes estar preguntándote por qué entré a la universidad
justo ahora.
Gané una beca aquí, pero solo paga la mitad,
lo que hace de esta universidad una de las universidades más reconocidas
de Seattle.
Lleno de hijos de gente adinerada y de empresarios que pagan
con honor sus colegiaturas, hasta me produce angustia y lástima de
mí mismo cuando miro mi auto y los demás
estacionados, la diferencia es inmensa.
Pero no culpo a mis padres, me dieron lo que era posible y eso
es sufciente para mí.
Dejo de acurrucarme y camino hacia la entrada, suspiro por el
viento frío en mi cara que hace que mi cabello castaño vuele y
se extienda.
Veo un auto de lujo frenando a mi lado, cruzo el
estacionamiento y no tengo tiempo de asimilar nada porque todo lo que veo es
un auto que viene hacia mí tocando la bocina.
¡Ay Dios mío!
No puedo moverme y el auto se acerca cada vez más, el miedo
se apodera de mí, y cierro los ojos preparándome para el impacto, pero lo único que siento son
manos fuertes, grandes lado...
tirando hacia un sus caros hombros cubiertos por un traje gris. Temblando sintiendo la adrenalina
y el miedo, trato de controlar mi respiración, mis ojos suben al rostro del hombre, veo
con una barbilla frme, sin barba, rostro perfectamente cincelado
, jadeo cuando veo el par de ojos azules límpidos
mirándome fjamente.
Parpadeo, incapaz de hablar, nunca había visto a un hombre tan guapo
como este.
El cabello rubio acentúa su rostro y ojos claros.
- ¿Esta todo bien? me pregunta
Asiento sintiendo que sus manos me sueltan, miro a mi alrededor y no
encuentro el auto que casi me atropella, pero todo lo que veo es a la multitud
mirándonos fjamente.
- Gracias. - Susurro.
"¡Deberías mirar hacia dónde, o no estarías vivo!" — Me molesta la forma arrogante en
que me lo dice.
¡Que idiota!
- Se de eso. - respondo espesamente, me mira por última vez
y camina hacia la entrada de la Universidad.
¡Que idiota!
¿Por qué me respondes de esa manera seca y arrogante?
Resoplé e ignoré las miradas sobre mí, cuando entro, respiro profundamente
cuando veo multitudes de personas caminando en
diferentes direcciones.
Podía esperar a que entrara Samantha en lugar de quedarme sola y
asustada como una loca.
Deben encontrarme extraño, pero quién no, ¿verdad
?
Una persona como yo en una Universidad como esta es
defnitivamente sorprendente.
Samanta, a diferencia de mí, entró aquí porque tiene
condiciones económicas estables, con padres ricos, todavía no sé qué