Nuestro secreto

“Mi nombre es: Oriana Marrero Blanco soy una adolescente de diecisiete años de edad, estoy casi culminando sus estudios en la secundaria, soy una chica bella, esbelta con un carácter muy rebelde, vivo en la gran ciudad de Washington D. C., de los Estados Unidos de América. Deseo terminar lo más rápido posible mis estudios de la secundaria para irme a vivir con mi padre en Pensilvania”

“Me dicen mis amistades mayores que yo que de acuerdo a la vida actual en que estamos viviendo el comportamiento de nosotros los adolescentes no es el mismo que conocían respecto a cuando eran niños. Como punto de partida ven que la adolescencia se convierte en una etapa de transición cuyos límites no están definidos. El niño llega a este estado y no sabe cuánto tiempo dura, ni qué debe o puede hacer aún.”

“En nuestra sociedad y la familia como la conocemos tampoco definen esta indeterminación, ya que no se espera lo mismo de los niños que de los adultos, y la adolescencia de hoy se encuentra entre ambos mundos. A nuestros hijos el pasado ya no les vale, porque consideran que han dejado de ser niños… pero el camino de la responsabilidad laboral y la independencia económica aún se ve muy lejos. ¿Qué pueden hacer entonces?”

Un día por la mañana:

— Buenos días madre ya me voy al colegio

— Oriana no me hables tan fuerte, tengo un fuerte dolor de cabeza

— Te estoy hablando normal y no lo vas a tener ese gran dolor de cabeza si estuviste en una de tus fiestas en el casino ese donde estás trabajando.

— Me haces el favor y me respetas muchachita, ya te he dicho que no te metas en mi vida

— Eso que hago no es meterme en tu vida madre lo que pasa es que me preocupo por ti, mírate en el espejo en lo que te has convertido, no te respetas ni siquiera a ti misma desde que se fue mi padre te has puesto peor, estas más ebria y cuando estas sobria vas a los bares a conseguir marido ya te he conocido a seis novios y ese es el ejemplo que me quieres dar una vida como la tuya, chica ten el valor de afrontar tus propios problemas.

Plash, plash Liliana la madre de Oriana le da un par de bofetadas.

— ¿te enojas porque te digo la verdad? Mejor me voy al colegio, contigo vivo una vida miserable no soporto vivir más contigo quisiera vivir con mi padre pero gracias a ti estaré contigo hasta que cumpla la mayoría de edad, que dentro de poco

— primero que todo te dije que me respetas muchachita y segundo devuélvete a comer

— Pues no voy a comer prefiero estar en el colegio hay si paso mi tiempo muy bien que estar aquí en la casa contigo y no perdiéndolo contigo, nos vemos ahora si acaso.

— Oriana te ordeno que vengas a comer, chica insolente me dejo, con la palabra en la boca

La joven ignora a su madre y se dirige a su colegio.

— Hola amigas ¿cómo están?

— Hola amigui todo bien ¿cómo estás?, tienes una cara de que quieres matar a medio mundo. — Pregunta con curiosidad su amiga Ana Teresa Montilla —

—No es para menos amiga, es mi mamá que esta insoportable, todavía sigue ignorándome, no veo la hora en que nos graduemos en la secundaria para irme con mi papá porque ya no soporto a mi mamá. ¿Qué dicen ustedes mis amigas que estoy pasando un mal momento? Con mi madre obviamente— Dice Oriana —

— «Todo va a estar bien»: A veces, cuando estamos pasando por momentos difíciles, necesitamos escuchar que las cosas van a mejorar y que todo va a estar bien. «Confío en ti»: Es importante que tu amiga sepa que confías en ella y en su capacidad para superar cualquier obstáculo. — Dice Juliana Acosta la otra amiga—

— ¿Cómo crees que es el perfil de una madre maltratadora psicológica? — Pregunta Ana Teresa.-

— Cuando me regaña constantemente y suele criticarme mucho, desde asuntos más superficiales como mis decisiones más importantes, eso es tener una madre maltratadora emocional y que aunque yo le ponga ciertos límites igual no me respeta, también ni siquiera pasa tiempo conmigo: y eso no es normal ya que ella se basa que las personas tengan dificultades para equilibrar el trabajo, las actividades físicas y las relaciones con los demás porque hasta yo misma veo que en ustedes sus madres tienen las mismas actividades que la mía pero hay vece por ejemplo que cuando llega un viernes que cobra y se va de parranda desde que sale del trabajo se desaparece y no vuelve sino hasta el domingo por la tarde que sabe que tiene que trabajar los lunes, ella sale los fines de semana a bares a tomar licor y a estar con hombres y eso me da asco en ella y tiene las santas voluntades que se preocupa por mí y es mentira, ante la sociedad ella es mártir pero en realidad es una insignificante mujer, será por eso que mi padre la dejo y él iba a pedir mi custodia pero se la negaron porque en ese tiempo porque ella tiene influencias de los abogados, o mejor dicho de sus amantes abogados. Y esa actitud abusadora por parte de ella es con la que debemos lidiar. No pasa tiempo contigo: Es normal que las personas tengan dificultades para equilibrar el trabajo, las actividades físicas y las relaciones con los demás. También me manipula de una manera como ustedes no tienen ni la más remota idea, para ella es normal usar la culpabilidad en mi para tratar de manipularme a como dé lugar y de este modo, me hace sentir mal por no hacer lo que ella quiere que haga. - habla Oriana-

— ¡¡¡¡¡¡Huy!!!!!!!!! Eso sí está muy malo, perdóname y discúlpame lo que te voy pero es que tu madre tiene problemas psicológicos pero lo que tienes que hacer es que esperar a tu mayoría de edad para que vayas de allí. — Dice Juliana —

— Pues amiga en eso estoy pensado desde hace tiempo porque ya no quiero vivir como mi madre es peor que el infierno, mi madre - habla Oriana-

— ¿Si te vas, para don te iras y no tienes en donde caerte muerta – dice Ana Teresa.-

— Me iré a vivir con mi padre el si me entiende

— Si te vas no nos olvides, recuerda que estudiamos juntas desde el inicio en la guardería. – Juliana.-

— Como se les ocurre que me olvidare de ustedes, saben que son mis mejores amigas.

— Oigan amigas ya vamos a entrar a clases vamos. – Dice Ana Teresa.-

— Ok seguimos hablando en la hora de salida a nuestras casas.

Ha llegado la hora de salida de los estudiantes a sus casas