Una esposa para mi hermano
Yo soy tuya y tú eres mío
El camino a reparar tu corázon
Vuelve conmigo, amor mío
El regreso de la heredera adorada
La segunda oportunidad en el amor
Tener hijo con mi mejor amigo
Enamorarme de ella después del divorcio
El amor predestinado del príncipe licántropo maldito
¿Quién se atreve a cortejar a mi reina encantadora?
En la ciudad, era muy raro que pudieran apreciarse las estrellas, pero en una localidad costera, parecían luciérnagas iluminando el manto oscuro de la noche.
Justo en la orilla del mar, estaba una chica mirando al horizonte, la cual había tenido una pelea con su padre por su negativa a irse al extranjero. Como quería aclarar sus ideas, había decidido venir a tomarse un respiro a la playa, no obstante, su padre la había encontrado y le pidió que se fuera a casa con él al día siguiente. Durante los últimos días, ella le había tomado un cariño especial a este lugar porque la hacía sentir en casa y no sabía si algún día podría pasarle lo mismo en otro sitio.
El sonido de las olas rompiendo contra la orilla era como una dulce melodía para sus oídos, y como era su última noche en esta localidad, la muchacha quería disfrutarla al máximo.
De pronto, varios fuegos artificiales ardieron en el cielo, ella los miró por unos segundos y pensó amargamente: 'Esa tal Jessica debe estar muy feliz de que alguien le haya preparado un detalle como este'.
La chica había estado caminando todo el día por cada rincón de esta localidad, así que, como resultado, estaba tan agotada que solo quería salir de la playa e irse a su hotel. En cuanto llegó, fue directo al baño a tomar una ducha y después se acostó en la cama, no obstante, le fue imposible conciliar el sueño por un largo rato. No dejaba de pensar en los días que se había resistido a irse y al final, terminó cediendo ante los deseos de su padre, ¡quizás necesitaba ser más rebelde o escaparse a otro lado!
Mientras seguía inmersa en sus pensamientos, pudo escuchar claramente que alguien entraba a su habitación pero, ¿de quién se trataba?
La joven no se atrevió a moverse ni un centímetro hasta que el hombre que acababa de entrar con aliento alcohólico se acostó a su lado. Ella supuso que se había equivocado de habitación, así que lo movió ligeramente y dijo en voz baja: "Oye, creo que este no es tu dormitorio".
Sin esperarlo, esa noche quedaría marcada en su memoria ya que dejó de ser una muchacha para convertirse en mujer.
A las primeras horas de la mañana, la chica agarró cualquier cosa y al salir, miró el número de la habitación y se dio cuenta de que era ella la que se había metido en el dormitorio equivocado.
De camino a casa, no pudo evitar pensar en lo que había pasado esa noche, después de todo, acababa de perder su virginidad.
Los tres meses de las vacaciones de verano pasaron en un abrir y cerrar de ojos, pero recientemente, ella había estado vomitando mucho y tenía poco apetito, lo que hizo que su padre se preocupara. Como consecuencia, su familia la llevó al hospital a un chequeo médico, pero nadie los preparó para lo que iban a escuchar: su hija estaba embarazada.