Novia del Señor Millonario
Cariño, déjalo y ven conmigo
El regreso de la esposa no deseada
Yo soy tuya y tú eres mío
Tesoro de CEO
La segunda oportunidad en el amor
Mi encuentro con un misterioso magnate
Mimada por el despiadado jefe clandestino
La venganza de la heredera genio oculta bajo la máscara
No me dejes, mi querida mentirosa
Dentro de una sala privada de un club nocturno VIP, una joven mujer con ojos rojos llorosos y cara roja no comprendía porque se sentía tan acalorada.
"Porque hace tanto calor?"
"Porque estoy aquí?"
Murmuraba Sophie mientras trataba torpemente de quitarse su suéter y zapatos para sentirse más fresca.
Al escuchar pasos acercarsele, ella trató de levantarse de la cama apoyándose con sus dos brazos, pero de sentía tan está y mareada que no lo logro incorporarse.
Un hombre de traje y con un fuerte olor a vino y puro se le acercó para preguntarle.
"Eres Sophie Musen?"
"Hermana de Molly Musen? "
" Yo, si pero usted, quien...quien es?"
Sophie intento abrir bien los ojos para ver al hombre parado frente a ella.
Aunque la luz era tenue aún lograba distinguir sus varoniles y duras facciones, pero su mirada era muy fría y atemorizante.
El hombre se inclinó y con aliento alcohólico le dijo a una confundida Sophie.
Dejó por momento la botella que traía en la mano en el suelo y se quitó el sacó y comenzó a arremangarse su fina camisa hasta los codos.
"Te ves ingenua e inocente.."
"Me parece que tu expiaras el crimen que cometió tu hermana Molly"...
Le dijo, tomando la botella y mirandola con odio.
Debido a la droga administrada, Sophie no entendía que pasaba, ni todas las palabras que el hombre pronunciaba.
Respiraba agitada debido al calor y sentía una angustia creciente.
Sin poder levantarse correctamente, se retorcía de calor extenuenate en la cama, mientras se secaba el sudor de la frente y se desabotonaba un poco su blusa.
Su largo y sedoso cabello castaño, caía sobre sus hombros y hacía que su piel blanca y sin imperfecciones fuera aún más deseable.
Sus labios rojos entreabiertos jadeaban por aire y su pecho se agitaba de arriba a abajo.
"Maldición"
murmuró Duncan.
"Como puede excitarme está mujer?"
Ella era su enemiga a muerte!
Debería de estarla torturando en este preciso instante, haciéndola pagar por su sufrimiento innecesario.
Debería de haberla encontrado inconsciente y no drogada en esa cama de hotel caro.
Duncan le acarició la mejilla a Sophie lo que la hizo reaccionar ante su toque algo frío y preguntó.
"Porque estoy aquí?"
Duncan sin retirar su mano de la mejilla de la niña dijo.
"Tenemos esta sala para nosotros solos durante toda la noche y nos divertiremos."
"O al menos yo sí lo haré."
Una sonrisa perversa apareció en los labios de Duncan.
Sabía que tenía algo que hacer contra ella por ser parte de esa despreciable familia, pero porque no divertirse y disfrutar de ella si ya estaba ahí?
Sophie volteaba mirando toda la habitación buscando a la persona que le hablaba y seguía aturdida y no podía distinguirle bien la cara.
Ella nunca había utilizado ninguna clase de droga ni había fumado o tomado en su vida de adulta o adolescente.
Por eso los efectos de la droga se intensificaba en su cuerpo.
Tenía las mejillas sonrojadas, su cabeza daba mil vueltas, las luces destellaban fuertemente cada vez más y se veían raras.
Algunas palabras pronunciadas por ella o ese hombre se distorsionaban de vez en cuando o ella las escuchaba con eco.
"Calor...tengo mucho calor..."
"Por favor, podría darme un vaso con agua?"
Sophie se quejaba débilmente.
Duncan sosteniendo su botella en la mano dijo.
"Tienes calor?"
"Te ayudaré a refrescarte."
Acto seguido, abrió la llave de la ducha y cargó sin esfuerzo a Sophie.
En la ducha la dejó bajo el chorro de agua sin haberle quitado nada de ropa.
Sophie se sintió un poco incómoda por la ropa húmeda y el agua que estaba muy fría.
Pero después de un tiempo se sintió aliviada, pues el calor en su cuerpo disminuyó.
Entonces Sophie se limpió los lentes y pudo ver a quien estaba con ella en esa regadera.
El magnífico e intimidante hombre frente a ella tenía unos ojos negros brillantes, un fuerte y delgado físico y un aura muy masculina y peligrosa...
"Cuñado!"
Sophie no lo podía creer!