"Advertencia la siguiente historia no es apta para menores de 21 años, contiene temas sensibles: abuso, suicidio, y temas que pueden herir la sensibilidad de lector.
Se recomienda leer bajo su propio riesgo"
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Había nacido en la orfandad, sin conocer el calor materno, sin conocer el amor de una madre, todas las noches tenía el mismo sueño donde podía ver a aquel que lo trajo al mundo, su rostro distorsionado y borroso, hacía más difícil el trabajo de poder recordarlo, pero el aroma ese aroma era inolvidable, inconfundible, aquel olor a limones de su cabello, junto con el olor a café de sus feromonas, el aroma invasivo, el olor de su madre.
¡Mamá! ¡¡Mamá no lo hagas! —Pero este no lo oía, seguía su camino, ignoraba su llanto, y se marchaba, se marchaba sin él. ¡Mamá! ¡Vuelve por favor!.
Era tan pequeño, apenas llegaba al año cuando esto sucedió que solo recordaba muy pocas cosas de este, recordaba que hasta un día antes de que lo abandonará alli tomaba del pecho, aquel vínculo tan especial que ahora se veía roto, desde aquel día.
¿Por qué? Era la pregunta de todo los días, ¿por qué su madre le negó su amor? Acaso fue por ser un Omega, acaso su madre lo dejó por su naturaleza frágil.
—"Nadie te quiere, nadie quiere a los Omegas"
Aquel niño Alfa se burlaba de mi, señalandome, burlándose, quizás así se sentiría mejor.