Prólogo
¿cuando podemos reconocer el amor? Porque es muy diferente el enamorarse que el ser atraído física o sexualmente por alguien.
Así como también existe esa diferencia entre ser el alma gemela o el amor de vida de alguien. Si, se que la vida puede ser complicada, pero lo importante es no apresurarse, sino disfrutar de lo que se te presenta.
Ana creía en eso, ella pensaba que el hombre de sus sueños aparecería por si solo, que no debía apresurarse a buscarlo, sino que gozaría de su vida y dejaría que pasara lo que tenga que pasar.
Conoce a Will Ferreira, de la forma en la que menos se imaginaba, pero la vida siempre anda sorprendiéndonos ¿no crees?
Pero ¿será Will el hombre de su vida? ¿será su alma gemela o el amor de su vida?
Capitulo 1
Rutina
Ana Jones
estoy tomando una tasa de café al cruzar de mi casa con la prensa en físico en mis manos, concentrada leyendo la noticia sobre los candidatos a las elecciones gubernamentales, no es que sea amante a la política, pero trabajo en esa rama como asistente jurídico de la alcaldía y tenía que buscar los resultados y ver quien ganaría, empaparme de quién trabajaría con el alcalde que estaba a cargo. Si, se que soy muy joven para mi cargo, apenas con 21 años he logrado mucho, ¿pero que puedo decir? Me gusta esforzarme y lograr lo que me propongo, apenas estaba en los últimos semestres de mi carrera, cuando entré como pasante, y al gustarle mi trabajo, decidieron dejarme.
Siento una mirada detrás de mi, pero no me propongo a voltear, sin embargo esa sensación insiste y ya me estoy incomodando, bajo la prensa física que estoy detallando en este momento y dirijo mi mirada a donde mi instinto me indica; Observo que hay un chico con sus ojos en mi y una sonrisa pícara de mujeriego. Lo reto para que deje de mirarme, pero en vez de desviar su vista, sigue como un imbécil con su atención en mi.
—si quieres tomas una foto— le digo con sarcasmo volteando mis ojos. Al pasar unos segundos, escucho el sonido de la cámara, lo que hace que la ira me suba ¡No! No creo que se haya atrevido el muy idiota.
—¡Hey! ¿que te sucede?
Me levanto de mi silla y me dirijo al sujeto astuto que aprovechó el momento
—me dijiste que si quería tomara una foto— se encoje de hombros —y como quise, la tomé— me guiña un ojo y solo ese gesto hace que quiera arrancarle la cabeza. Comienzo a caminar hacia él y le arrebato el celular borrándole la foto, si, sé que soy muy impulsiva, pero para defenderme, diré que el tuvo la culpa.
El me mira un poco sorprendido, creo que no se esperaba esa reacción. Le lanzo el móvil haciendo que lo atrape en el aire, Doy media vuelta y camino de nuevo a mi mesa.
<<Payaso>>
Sigo con mi café y veo de reojo que sus ojos no dejan de detallarme con una sonrisa algo burlona, pero lo ignoro. Unos segundos más tarde decido irme para no ir a lanzarle la bebida en la cara, Es que me molestan las personas que se exceden en la confianza, creo que en su caso no entendió el sarcasmo.
Ahora voy de camino a casa en mi auto Renault, que aunque es pequeño y sencillo, me ha ayudado a movilizarme, lo tengo desde que empecé mis estudios de la universidad, mis padres hicieron el sacrificio y sigo con él. Llego a casa y recibo una llamada, no hace falta mirar mi móvil para saber quién es
—Hola nena, ¿como estás?— Es mi madre que me llama a diario para saber de mi
—Hola Mami. Extrañándote— Hablo por la casa mientras arreglo el desorden que dejé ayer cuando compartí con mis amigas.