Novia del Señor Millonario
Ese príncipe es una chica: La compañera esclava cautiva del malvado rey
Mi esposo millonario: Felices para siempre
El arrepentimiento de mi exesposo
Extraño, cásate con mi mamá
El dulce premio del caudillo
Los Mellizos del CEO
El réquiem de un corazón roto
Yo soy tuya y tú eres mío
El gran regreso de la heredera despechada
—Hoy como de costumbre me levante a las 06:00 Am, partí de mi cama por una ducha, en la cocina esperaban mis padres con un rico desayuno el cual ni por un momento pensé en rechazar a pesar de que ya era tarde para ir a la universidad, luego de degustar mi suculento y tan maravilloso desayuno emprendo mi camino hacia lograr mis sueños; ser maestra era una de mis vocaciones.
—Llegando a la universidad allí estaban mis amigas, Renata y Kamila, cómplices y conocedoras de toda mi vida, ellas me reciben con un fuerte abrazo, el mismo que aprecio todos los días, las tres decidimos bajar al cafetín mientras no entrabamos a clases, cuando bajamos las escaleras justo frente a nosotras estaba el chico más guapo y apuesto que hubieran visto mis ojos.
—De pronto aquella voz varonil susurro a lo lejos, ¡Hey! A lo que le doy un empujón a Renata y le digo oye guapa es contigo, ve te están llamando, ella se dirige hacia aquel chico, ¿Dime me llamabas?, no solo estoy llamando a tu amiga replico aquella dulce voz, por favor ¿Podrías decirle que venga? Con cuál de las dos te gustaría hablar le pregunto Renata.
—Podrías decirle a la del lunar en la mejilla, a ella por favor, muy bien dijo Renata, Vero, ven que la cosa es contigo.
—Para mi mayor sorpresa jamás pensé que un chico tan guapo me estuviera llamando a mí, quizá sea para que lo ayude en algo pensé y solo voltee y me dirigí hacia a él con tono arrogante, ¿Cuéntame que quieres conmigo, para que soy buena?
—Hola mi nombre es Leonardo y desde hace mucho tiempo vengo fijando mi mirada en ti, sorprendida le dije ¿En mí? Ni siquiera sabes quién soy, como para que estés hablando de esa manera.
—Mordiendo la comisura de sus labios le dijo, estas completamente equivocada Verónica Altamirano, se perfectamente quien eres, y me gustas muchísimo, ¿Aceptarías salir conmigo a comer un helado y así conocernos mejor?
—No pienso ir contigo a ningún lado, ni a la vuelta de la esquina mucho menos cuando no te conozco.
—Wow pero que odiosa eres replico Leonardo.
—Leonardo solo me miraba fijamente y eso aceleraba mis nervios por alguna razón, por lo que me di media vuelta y lo deje allí hablando solo.
—Renata y Kamila no paraban de hacer preguntas y yo solo pensaba en Leonardo.
—Ya basta, que tanta pregunta hacen, el solo quería saber un poco más de mí.
—Uy ya sabemos quién será la próxima comprometida y camino al altar dijo Kamila.
— ¿Qué? Sin duda alguna te estas volviendo loca kami.
—Poco a poco los días pasaban y Leonardo seguía aún más enamorado de Verónica, todos los días la frecuentaba al entrar o al salir de clases.
— Cierto día cuando verónica iba en dirección hacia su salón, Leonardo la detuvo por un momento, tenemos que hablar, por favor bríndame la oportunidad de conocerte mejor, te lo ruego por favor veras que no te arrepentirás.
— Verónica al ver a Leonardo quien estaba de rodillas justo frente a sus ojos, solo dijo ven levántate, está bien lo pensare y a la salida estaré aquí en este mismo lugar con una respuesta.
— Me despido de Leonardo y desde ese preciso instante no sé por qué pero nuca preste atención a la clase que esforzadamente dictaba mi profesora, no tenía cabeza para otra cosa que no fuera pensar en Leonardo.
— Pasaron las horas y entramos a 4 materias diferentes durante toda la mañana. Hasta que al fin terminamos, sentía miedo y a la vez unos nervios terribles al saber que justo a la salida estaría el chico más apuesto y lindo esperando a que yo le diera una respuesta.